El sector privado señaló que son pocos los inversionistas que invierten en un ambiente de inseguridad y por consecuencia el crecimiento es reducido.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) agregó que a la inseguridad hay que agregarle un ambiente de frecuentes cambios en las reglas del juego, estado de derecho débil, corrupción elevada e impunidad, por lo que “el sector privado ha sido muy cauteloso para invertir”.

Advirtió que los menores flujos de inversión inhiben un mayor crecimiento, limitan una mayor creación de empleo formal mejor remunerado, impulsan la precarización del sector laboral y favorecen la informalidad.

“La inseguridad se ha convertido en un factor de la mayor importancia que puede obstaculizar el crecimiento”, destacó el CEESP.

Enfatizó que no hay, o son pocos los inversionistas que arriesguen su capital en un ambiente de inseguridad, que implica elevados costos para la economía.

De acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública (ENVIPE), del Inegi, en 2018 el costo de la inseguridad y el delito en los hogares fue de 286.3 mil millones de pesos, cifra equivalente a 1.54 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Por su parte, el Global Peace Index 2019, publicado por el Institute for Economics & Peace, señaló que el costo de la violencia en México fue de 333.1 mil millones de dólares, que equivale al 10.0 por ciento el PIB.

Los datos más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación muestran que 2019 fue el año más violento históricamente.

Las cifras revelan que en todo el año pasado el número de homicidios dolosos sumó 29 mil 401, cifra superior en 1.0 por ciento respecto al año previo.

Los casos de extorsión sumaron 8 mil 266, que en comparación con 2018 y 2015 crecieron 29 por ciento y 63 por ciento, respectivamente.

Los casos de robo a negocios acumularon 109 mil 918 casos, 39 por ciento y 67 por ciento, respecto a 2018 y 2015.

“Este entorno evidentemente genera cautela para invertir e inhibe el crecimiento”, afirmó el CEESP.

Indicó que los resultados estatales de crecimiento sugieren una posible relación con el incremento de la inseguridad.

Mientras que los datos del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), señalan que durante el periodo Enero-Septiembre del 2019 la actividad económica de la Ciudad de México tuvo una disminución de 0.9 por ciento, los datos de la SEGOB para 2019 muestran incrementos de 2.0 por ciento en el número de homicidios, 61 por ciento en los casos de extorsión y 11 por ciento en robo a negocios.

El CEESP enfatizó que otro caso notorio es Guanajuato, que desde 2018 la tasa de crecimiento se ha reducido.

En el periodo Enero-Septiembre el PIB creció solo 0.1 por ciento anual, mientras que los homicidios aumentaron 79 por ciento, la extorsión 50 por ciento y el robo a negocios 3 por ciento.

Los resultados del Estado de México y Morelos parecen mostrar una relación clara entre los indicadores de crimen y crecimiento.

En el primer caso, la actividad económica cayó 2.6 por ciento en 2019, mientras que los homicidios aumentaron 8.0 por ciento, la extorsión 71 por ciento y el robo a negocios 34 por ciento.

En Morelos el crecimiento económico se contrajo 0.3 por ciento frente a un aumento de 33 por ciento en homicidios, 752 por ciento en extorsión y 24 por ciento en robo a negocios.

El CEESP consideró como un requisito indispensable para generar crecimiento económico y el bienestar de la población el garantizar la seguridad.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...