La política monetaria de México debe mantener prudencia por la incertidumbre que generan los efectos de la pandemia, las cuestiones políticas del país y las finanzas públicas, enfatizó el Banco de México (Banxico),
En la minuta de la decisión de política monetaria del pasado 24 de Septiembre, en la que por unanimidad se recortó en 25 puntos la tasa objetivo, uno de los cinco integrantes especificó que la reducción de tasas tiene un impacto limitado, ya que el canal de crédito es ineficiente debido a la poca profundidad crediticia y la baja inclusión financiera, pero el canal de expectativas ha mostrado mayor efectividad.
Destacó que fortalecer la credibilidad del banco sobre su compromiso para contener el incremento de precios es fundamental para evitar que la pérdida del poder adquisitivo sea mayor en los hogares que actualmente enfrentan mermas significativas en sus ingresos.
Además, otro de los potenciales retos para el sistema financiero es que la solvencia de algunas empresas enfrenten sus obligaciones crediticias.
“Algunos subrayaron la necesidad de monitorear las reestructuras de cartera crediticia al amparo de los criterios contables especiales ante el fin de su vigencia, debido a que estas podrían tener implicaciones para la estabilidad financiera, y resaltaron los riesgos sobre la capacidad de pago de los hogares y empresas más afectados por la pandemia”.
Otros aspectos que deben tomarse en cuenta son las vinculadas a la pandemia, elecciones presidenciales en Estados Unidos, retos para Pemex y las finanzas públicas de México, riesgos para la calificación soberana del país que podrían incluso afectar el grado de inversión, una política salarial para 2021 por definirse y un importante proceso electoral en México del año enrante.
La conducción de la política monetaria tiene espacios limitados y dependerá de la evolución de los factores que inciden sobre las perspectivas de inflación y sus expectativas, incluyendo los efectos que en tengan las cuestiones fiscales y monetarias, así como la pandemia.