Se termina el 2017 que comenzó con gran incertidumbre para la economía mexicana por la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos con sus amenazas para México, por lo que se llegó a estimar que el Producto Interno Bruto (PIB) sólo crecería uno por ciento, en el mejor de los casos.
Sin embargo, estamos a menos de 2 semanas que concluya el 2017 y la estimación del PIB es por arriba del 2 por ciento, con todo y la volatilidad, sismos y desaceleración económica que vive el país en el último trimestre.
El dólar llegó a superar los 22 pesos y se tenía como expectativa una cotización que llegara a los 25 pesos por billete verde, pero ahora la situación es totalmente diferente, con una reforma fiscal y se prevé una cotización de 19 pesos, con todo y la incertidumbre que se vive por el TLCAN y la reforma fiscal.
Si Trump no será lo que tenga en apuros al mercado, serán las cuestiones políticas, que día con día incrementan la preocupación al ver el comportamiento de los suspirantes para llegar a la silla presidencial, que por el objetivo de obtener el poder se alían con partidos políticos muy contrarios a su signo político.
Este comportamiento famélico de poder genera desconfianza entre los directivos de empresas y comienzan a ver esta carrera desesperada para llegar a Los Pinos con signos de preocupación al pensar que puede poner un freno mayor al desarrollo económico en el 2018.
Hay que recalcar que esta preocupación o amenaza supera a cuestiones netamente económicas: inflación, tipo de cambio y desaceleración económica.
La política es el arte de gobernar para que la sociedad alcance mejores niveles de vida en todos los aspectos, pero actualmente se le encasilla como uno de los males necesarios que aquejan al desarrollo nacional, que se sirve para cumplir propósitos oligárquicos y no nacionales en toda la extensión de la palabra.