La recaudación tributaria se proyecta que tendrá una recaudación superior a lo estimado en un punto del Producto Interno Bruto (PIB), lo que debe generar un gasto inteligente, que evite el uso electoral e improductivo de los recursos, afirmó el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que el gasto público es el más bajo en los últimos 70 años, situación que se debe revertir lo antes posible al impulsar la inversión pública y privada para que la economía mexicana pueda obtener mejores resultados.
De acuerdo con los resultados de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en Enero los ingresos del sector público sumaron 465.9 mil millones de pesos (mmdp), lo que significó un incremento anual de 8.6 por ciento en términos reales.
Sin embargo, la importancia de este resultado aumenta cuando se aprecia que los recursos obtenidos en el primer mes del año superaron en 72.5 mmdp los aprobados por el Congreso, así como en casi 60 mmdp el monto de Enero del año pasado.
Los esfuerzos en materia de recaudación han sido importantes y se reflejan en el aumento de los ingresos por concepto del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que al inicio de año fueron, en conjunto, el origen de casi tres cuartas partes del aumento absoluto de los ingresos totales.
Los ingresos petroleros también fueron una fuente importante de recursos, en buena medida como consecuencia del aumento del precio del petróleo, que en los últimos doce meses ha ganado casi 13 dólares por barril.
El CEESP en su “estimación dada la inercia que mantiene la recaudación, por lo menos este año, el sector público tendrá recursos excedentes equivalentes a un punto del PIB. Lo importante en este contexto, es que esos recursos sean lo más eficientemente asignados”.
El reporte sobre las finanzas públicas muestra que el total del gasto sector público en Enero sumó 493.6 mmdp, cifra que además de crecer a un ritmo anual de 7.4 por ciento en términos reales, es menor al incremento que reportaron los ingresos, superó en solo 11.4 mmdp la cifra que aprobó el Congreso de la Unión para el primer mes del año, lo que es congruente con una moderación del gasto. Sin embargo, se debe considerar que, respecto al mismo mes del año pasado, se ejercieron casi 60 mmdp más.
Entre los resultados destaca una disminución de gasto, tanto en comparación con lo aprobado como con lo ejercido, en la mayoría de los órganos autónomos como como en los de la administración pública centralizada.
El CEESP indicó que la preocupación es que las fuentes del origen del aumento del gasto se concentran en rubros que no tienen una incidencia importante en el crecimiento de la economía.
Una mayor asignación de recursos para cubrir el costo financiero de la deuda, que se ha vio afectada por el tipo de cambio y el ajuste en las tasas de interés, y una ampliación de los recursos que se destinaron al rubro de participaciones, como consecuencia de una mayor recaudación tributaria, junto con el rubro de Adefas, fueron en conjunto (gasto no programable) el origen de casi el 40 por ciento del aumento del gasto público con respecto al año pasado.
Otro rubro que tuvo una incidencia similar fue el sobregasto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), resultado de un importante aumento en su gasto de operación.
El CEESP consideró que para crecer se requiere de mayor inversión, tanto pública como privada, por lo que es fundamental elevar el gasto público dirigido a infraestructura, con el fin de generar un entorno que ofrezca un estímulo a la inversión privada.
Para impulsar la inversión privada no sólo es necesaria la inversión pública como detonante, es indispensable también un ambiente de certeza jurídica, de seguridad absoluta de derechos de propiedad, un entorno en el que la corrupción, la impunidad y la inseguridad no sean factores que determinen las decisiones de inversión.
Además, es “importante evitar el uso del gasto con fines políticos, sobre todo frente al proceso electoral que se avecina. Un gasto bien dirigido a crecer debe ser productivo y no asistencial”, puntualizó.
Asimismo, enfatizó que se debe evitar la discrecionalidad que persiste en la asignación de recursos públicos y que no tienen ninguna rentabilidad social ni productiva.
En este contexto, nuestro país debe redoblar esfuerzos para corregir una serie de aspectos que son fundamentales para crecer a un ritmo más elevado, como un gasto público inteligente, responsable, que esté dirigido a apuntalar el desarrollo del país y el bienestar de los hogares.