Más de un 90 por ciento el temor al fracaso laboral se genera por una cultura del trabajo deficiente, un liderazgo tóxico y críticas mal intencionadas, reveló el Termómetro Laboral de OCCMundial.
Un sondeo realizado entre 2 mil 504 usuarios especificó que el 40 por ciento indicó que una mala cultura laboral en el centro de trabajo puede ser la principal causa de inseguridad entre el personal con afectaciones graves en la productividad y el logro de objetivos.
Una organización que no promueve valores y procesos que mejoren el ambiente de trabajo y determinen la comodidad y satisfacción de su personal, suele generar miedos e inseguridades entre sus colaboradores.
El 36 por ciento mencionó la falta de liderazgo como un obstáculo que impide a los profesionales ganar confianza para expresar ideas y resolver problemas.
Un mal líder puede hacer que los trabajadores duden de sus capacidades, genera desilusión respecto a sus resultados y desconfianza en sus propias capacidades.
Las críticas negativas o no constructivas también son un factor determinante. Un 17 por ciento dijo que trabajar con personas sin tacto para dar retroalimentación puede influir en las emociones provoca que el trabajador sienta que no está a la altura de las responsabilidades que se le asignan.
Sólo un 7 por ciento señaló que la alta competitividad en el mercado laboral es otro detonante de este problema. Un entorno competitivo puede intensificar la presión sobre las personas y cumplir con expectativas cada vez más altas.
La comparación constante con otros puede generar un ciclo de ansiedad y duda sobre sus habilidades, lo que agrava el miedo al fracaso.
Consecuencias laborales
Un 63 por ciento de los participantes señaló que su miedo al fracaso en su trabajo puede incrementar los niveles de ansiedad y afectar su bienestar y rendimiento.
Esta ansiedad puede generar bloqueos mentales que les impiden realizar sus actividades con eficacia, lo que repercute en su desarrollo social en el centro de trabajo.
El 27 por ciento comentó que esta inseguridad puede llevar a aplazar actividades o proyectos bajo su responsabilidad, lo que afecta su gestión de tareas y tiempo, además se convierte en un obstáculo al momento de resolverlas con entregas tardías y fuera de los lineamientos iniciales.
Un 8 por ciento mencionó que el miedo al fracaso llega a servir actuar como un impulso que les motiva a mejorar y a afrontar nuevos retos, mientras que el 2 por ciento consideró que esta emoción es natural y desaparece con la experiencia, por lo que no es común que afecte constantemente el desempeño de los trabajadores constantemente ni determine su bienestar emocional o mental.
Aunque las opiniones sobre el miedo al fracaso en el trabajo fueron variadas, la mayoría coincidió en que sus efectos son negativos.