El oro ha sido ampliamente considerado como activo de refugio por excelencia al conservar su valor en tiempos de turbulencia económica, incertidumbre geopolítica y alta inflación y parece que seguirá en los reflectores económicos como la estrella principal.
Los principales compradores son la industria joyera con alrededor de 30 por ciento, seguida de monedas y lingotes, así como por parte de bancos centrales e inversionistas.

Ahora por los aranceles de Trump generan preocupaciones inflacionarias más los conflictos geopolíticos, ataques a la autonomía de la Reserva Federal, y el expansivo paquete fiscal en Estados Unidos debilitan la confianza mundial sobre el papel del dólar estadounidense como refugio seguro y el oro recobra un papel central en otros activos seguros de inversión.
Los inversionistas ahora cubren sus posiciones en otros activos como oro y plata, cuyos precios han subido significativamente y alcanza nuevos máximos históricos.

El reporte de Estudios Económicos de Banamex reporta un incremento de alrededor de 50 por ciento este año y su precio supera el rendimiento de acciones a nivel mundial, a la mayoría de las materias primas, así como a activos como Bitcoin, al rebasar los 4 mil dólares por onza.
Ahora por un nuevo resurgimiento de las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China impulsan el oro en semanas recientes y se podría pensar en un nuevo repunte del precio del material dorado al que habría que sumar los recortes de la Reserva Federal a la tasa de fondos federales.
Oro brillará más
Los inversionistas creen que el mineral dorado se mantiene como una de las coberturas más óptimas para la singular combinación de estanflación, recesión, devaluación y riesgos de la política estadounidense que enfrentan los mercados en 2025 y 2026», afirma el director de Estrategia de Metales Base y Preciosos de JP Morgan, Gregory Shearer.
A nivel mundial, las tenencias de oro del Banco Central ascienden a casi 36 mil 200 toneladas y representan casi el 20 por ciento de las reservas oficiales, frente a alrededor del 15 por ciento a finales de 2023, de acuerdo con los datos informados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) al cierre de 2024.
Las posiciones de los inversiones en oro se mantienen largas o con la expectativa de que el precio suba en el futuro.
«Creemos que los beneficios de cobertura del oro como refugio seguro seguirán impulsando una demanda adicional de ETF más allá del factor tradicional de la caída de los rendimientos reales, en particular porque la atención se ha centrado agresivamente en cubrir la combinación de riesgos de inflación y crecimiento», concluye el estratega en metales base y preciosos de JP Morgan.




