Los bancos en mercados emergentes presentan riesgos por crecimiento lento del Producto Interno Bruto (PIB) mayor proteccionismo comercial, depreciación de la moneda frente al dólar estadounidense y por la turbulencia política, advirtió la calificadora Fitch Ratings.
Detalló que las calificaciones más vulnerables se ubican en Turquía y América Latina. Sin embargo, los bancos en Asia están respaldados por un mayor crecimiento del PIB y los bancos en la región del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) se benefician de precios del petróleo relativamente estables.
“Prevemos que el crecimiento económico en los ME se suavizará a 4.5 por ciento en 2019 de 5.2 por ciento en 2018 por la evidencia de una desaceleración en China y en otros lugares, incluidos ajustes abruptos en Turquía y Argentina. Pero esperamos que el crecimiento de los EM se acelere a 4.8 por ciento en 2020 debido a la flexibilización de políticas en China y una menor presión sobre los bancos centrales de EM para elevar las tasas de interés, lo que debería ayudar a los prestatarios”, señaló la calificadora.
En Turquía, la mayoría de las calificaciones de los bancos están en Perspectiva Negativa. La calidad de los activos es una sensibilidad clave de calificación y es probable que se deteriore a medida que los prestatarios luchan con la depreciación de la moneda, los efectos de la recesión económica y las altas tasas de interés.
Los riesgos de refinanciación también son significativos dados los bancos por la dependencia de la deuda externa a corto plazo.
En América Latina, una proporción significativa de las calificaciones bancarias se encuentran en Perspectivas Negativas, en gran parte vinculadas a perspectivas negativas en varias calificaciones soberanas y perspectivas económicas débiles en toda la región.
En contraste, los bancos en la mayoría de los mercados africanos se están beneficiando de una recuperación económica, menores riesgos políticos y mayores precios de los productos básicos, y la caída de los préstamos.
En los mercados emergentes asiáticos, los perfiles crediticios de los bancos están respaldados por un crecimiento del PIB relativamente fuerte y las calificaciones se ubican en una posición estable, lo que refleja buenos amortiguadores de absorción de pérdidas o soporte externo.
Sin embargo, los potenciales vientos en contra macroeconómicos incluyen un dólar estadounidense más fuerte, lo que suaviza el comercio mundial y un crecimiento más lento en China, lo que tendría un impacto más pronunciado debido al rápida crecimiento de la pasada década.