Las ventas que se alcancen en el Buen Fin serán un termómetro de la actividad económica en los siguientes meses y permitirían adelantar expectativas sobre la reactivación económica que necesita un impulso adicional con políticas públicas, consideró el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) apuntó que los resultados que arroje el “Buen Fin”, en una coyuntura tan compleja como la actual, podrían anticipar la dinámica del consumo para los próximos meses y “la posibilidad de recuperar lo perdido un poco más rápido de lo que el entorno parece mostrar”.
Si embargo, en caso de que se presente una aceleración de contagios de Covid-19, existe el riesgo de un deterioro del crecimiento y las expectativas en los siguientes meses.
Reiteró que “el hecho de alcanzar los niveles de PIB de 2018 tardará varios años aún en un entorno de ausencia de políticas de apoyo”.
Si la inversión no se recupera, la posibilidad de una reactivación más pronta será poco probable, prolongándose la escasez de empleos de calidad y la ampliación de los niveles de pobreza, enfatizó.
En Agosto, la inversión fija bruta resultó 13.1 por ciento menor a la del año pasado, con lo que ya acumuló 19 meses con variaciones negativas, de los cuales siete presentó caídas de doble dígitos.
“No hay duda de que prácticamente todos los indicadores económicos concluirán el año en niveles inferiores a los del 2019, evidentemente por efecto de la crisis sanitaria en el crecimiento, que de por sí había llegado a cifras negativas. En especial, los indicadores relacionados con el consumo aún no muestran signos claros de recuperación” destacó el CEESP.
Finalmente, insistió en la necesidad de considerar cambios de dirección de la política económica para atender las contingencias derivadas de la pandemia y que podrían incluirse en el presupuesto de Egresos del 2021.