El desarrollo de la infraestructura es indispensable para que México pueda eliminar la brecha de competitividad superior a 10 puntos conforme las mediciones internacionales, por lo que la cúpula empresarial propone tres aspectos centrales para que la iniciativa privada y el sector público trabajen en conjunto.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) especificó que de acuerdo con un estudio de la Universidad de Hrvard, se puede explicar que 40 por ciento de las diferencias en la tasa de crecimiento de los países se explica por su inversión en infraestructura.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Global 2017–2018, México se encuentra en el lugar 62 de 137 países por la competitividad de su infraestructura, cinco lugares menos que el año pasado.
«En gran medida, nuestra posición se debe a los altos costos logísticos, pues en las economías con grado de competitividad representan un 9 por ciento del PIB y en México representan el 23 por ciento del Producto Interno Bruto, situación de que debe cambiar».
El CCE indicó que las áreas de oportunidad son enormes: desde la asignación hasta la aplicación de los proyectos de infraestructura en todo el país. Explicó que a través de la Comisión de Infraestructura del organismo cúpula, en conjunto con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), los empresarios, en el sector privado, se proponen tres prioridades como parte de esta agenda.
En primer lugar, que haya una mayor inversión pública y privada (APP) para el desarrollo de infraestructura a través de los esquemas de asociación público-privada.
Asimismo, una asignación eficiente a través de una política transversal de infraestructura que impulse una política pública integral y de largo plazo.
Para lograrlo, necesitamos mejorar las capacidades técnicas de los tres órdenes de gobierno y también de los actores privados que intervienen en el desarrollo de la infraestructura; así como también debemos acercar más las necesidades de esta industria con las capacidades que se desarrollan en las escuelas y las universidades.
El tercer eje se orienta a una infraestructura en los sectores de comunicaciones y transportes, energía y agua.
“Tenemos que fortalecer la infraestructura del sector de hidrocarburos, así como aumentar la generación de energías renovables; construir infraestructura y un modelo de gestión hidráulica con criterios técnicos; promover un crecimiento urbano vertical, de alta densidad y sustentable; desarrollar servicios públicos urbanos en los destinos turísticos; ampliar la infraestructura de educación media superior y superior, así como mejorar el mantenimiento de la infraestructura de la educación básica, y extender la red de infraestructura de salud, para que esta sea moderna y eficiente”, concluyó el CCE.