Para el año entrante se prevé que los intereses no sean tan elevados por los recortes o bajas en las tasas de interés de bancos centrales, la incertidumbre de la política de Trump puede alterar el desempeño de la economía estadounidense y de sus socios comerciales por una posible política de aranceles y aumentar la inflación, señaló la oficina de inversiones del banco suizo UBS.
Desde el inicio de la década de 2020, los mercados mundiales de renta variable han subido un 50 por ciento, el PIB nominal ha aumentado por encima del 30 por ciento y los beneficios empresariales de Estados Unidos casi se han duplicado.
Este escenario a pesar de los confinamientos a escala mundial sin precedentes, el estallido de guerras en Europa del Este y Oriente Medio y el mayor repunte de los tipos de interés y la inflación en décadas.
En su escenario de base, el S&P 500 podría alcanzar los 6 mil 600 puntos a finales de 2025, impulsado por el sólido crecimiento estadounidense, unos tipos de interés más bajos y los avances en la Inteligencia Artificial.
En el resto del mundo, en Asia, es probable que el crecimiento de China se ralentice y resulta poco probable que las medidas reactivas de estímulo fiscal sean suficientes para compensar por completo el impacto de los aranceles y los desafíos estructurales.
Se espera que la India siga registrando un crecimiento más sólido.
En Europa, es probable que el crecimiento sea desigual y moderado, pero debería mejorar, ya que el crecimiento salarial sigue sólido, al tiempo que los tipos de interés caen. España, el Reino Unido y Suiza deberían destacar con tasas de crecimiento superiores al 1 por ciento, frente a un crecimiento más modesto de alrededor del 1 por ciento en Alemania, Francia e Italia.
Perspectiva en inversiones para 2025
Posicionamiento de cara a unos tipos más bajos: Las rentabilidades del efectivo disminuirán a la luz de los nuevos recortes de tipos de los bancos centrales y los bonos de alta calidad ofrecen rendimientos atractivos y potencial de plusvalías, con rentabilidades totales previstas en el rango medio de un solo dígito en dólares estadounidenses.
La renta variable presenta más margen: En 2025 debería traer consigo nuevas alzas para los mercados bursátiles. Estados Unidos es el mercado de preferencia, mientras que la exposición diversificada a Asia (excluyendo a Japón) podría ser una forma eficaz de aprovechar el potencial alcista de la región y gestionar al mismo tiempo los riesgos.
En Europa, los valores de pequeña y mediana capitalización de la zona euro y los suizos de alta calidad con dividendos parecen atractivos.
Oportunidades de innovación transformadora: Inteligencia artificial y energía y recursos constituyen 2 oportunidades dentro de la renta variable con el potencial de proporcionar un crecimiento significativo y sostenido de los beneficios, que podría proporcionar a los inversores en estas áreas rentabilidades a largo plazo sobredimensionadas.
El dólar estadounidense: Es probable que el dólar estadounidense se vea anclado entre factores positivos a corto plazo, como los ajustados mercados laborales y aranceles estadounidenses, y negativos a más largo plazo, incluida las sobrevaloraciones.
Los inversores deberían aprovechar los periodos de solidez para reducir la exposición al dólar estadounidense.
Apostar por el oro: El descenso de los tipos de interés, la persistencia de los riesgos geopolíticos y la preocupación por la deuda pública estadounidense deberían seguir respaldando el oro en 2025.
También existen oportunidades a largo plazo en el cobre y otros metales de transición a medida que aumenta la demanda junto con la creciente inversión en generación de energía, almacenamiento y transporte eléctrico.
Tiempo para el sector inmobiliario: Las perspectivas para las inversiones inmobiliarias residenciales y comerciales son positivas. Con una oferta limitada y un aumento de la demanda, existen oportunidades en sectores como la logística, los centros de datos y la vivienda multifamiliar.
Los motores de 2025
Para el año entrante las 5 D serán las impulsoras de la actividad económica: Deuda, Desglobalización, Demografía, Descarbonización y la Digitalización, factores clave que probablemente impulsarán los mercados y las economías en los próximos años, lo que presenta tanto oportunidades como riesgos para los inversores.
En conjunto, deberían llevar a un mayor crecimiento, por ejemplo, impulsado por la Inteligencia Artificial, que podría ser la innovación más influyente del siglo, y periodos de mayor inflación, debido a un comercio más desglobalizado y a unos precios de la energía más elevados impulsados por los esfuerzos de descarbonización.