El mercado ha enfocado las últimas reuniones de la Reserva Federal (Fed) en cómo «¿no subir significa saltar o mantener?». Habiendo estudiado las duras lecciones de hace una generación de cambiar de rumbo demasiado pronto, el presidente de la Fed, Jay Powell, reiteró que una subida adicional de tipos sigue sobre la mesa en caso de que la trayectoria descendente de la inflación no cumpla las expectativas del banco central.
Creemos que se trata de un paso más en la bien comunicada estrategia de la Fed, que prioriza moverse despacio y analizar los datos económicos de reunión en reunión. Es importante destacar que la Fed sigue valorando la totalidad de los datos a la hora de tomar decisiones. Y en los meses transcurridos desde la última publicación por parte de la Fed de su Resumen de Proyecciones Económicas (SEP), ha habido muchos datos que digerir.
Aunque el índice de precios interanual del gasto de consumo personal ha caído al 3,3% y su componente básico al 4,2%, otras medidas más granulares probablemente proporcionen munición a los partidarios de la Fed. El índice de precios al consumo anual de la Fed de Atlanta se mantiene en el 5,3%. Sin embargo, la tasa anualizada a tres meses de la misma serie se ha deslizado hasta un 3,6% más apetecible. Con señales contradictorias -y una economía que sigue creciendo, a pesar de las subidas de 525 puntos básicos (pb) ya realizadas-, creemos que está justificado que la Reserva Federal se mantenga alerta.
Una economía quizá demasiado resistente
El tono cauteloso de la Reserva Federal se vio respaldado por la nueva actualización del SEP. Las subidas de tipos suelen ser eficaces para reducir la inflación en la medida en que actúan como viento en contra del crecimiento económico. Sin embargo, el ajuste al alza de la proyección mediana para el crecimiento del producto interior bruto (PIB) en 2023, del 1,0% a un 2,1% mucho más saludable, muestra que los largos y variables retardos de la política monetaria pueden ser más largos y variables esta vez.
No creemos que la Fed de Powell asuma el riesgo de que los recortes actuales sean suficientes. La quizá sorprendente resistencia de la economía estadounidense queda patente en que la Fed ha modificado su valoración del crecimiento de «modesta» a «moderada» y ahora a «sólida» en las tres últimas reuniones. Aunque esto respalda la idea de que el difícil aterrizaje suave puede ser posible este ciclo, no es probable que los halcones se duerman en los laureles.
No creemos que en la composición actual de los miembros votantes de la Reserva Federal exista un verdadero bando «pesimista». Sin embargo, el grupo centrista puede señalar que las expectativas de inflación subyacente para 2023 se han ajustado a la baja hasta el 3,7% (desde el 3,9%) como prueba de que los recortes existentes están haciendo efecto en el sistema y de que se necesita más tiempo para lograr avances adicionales. Por eso consideramos que la táctica de la Fed de «saltarse» es un compromiso prudente entre los 2 extremos.
Por: Jim Cielinski, responsable mundial de renta fija en Janus Henderson Investors