Las finanzas públicas mostraron resultados positivos en el 2019, pero acudieron a a mecanismos que generan distorsiones o son transitorios, que de mantenerse ponen en riesgo a la economía hacia adelante, advirtió el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en el informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al Cuarto Trimestre de 2019, se apreciaron resultados favorables en cuanto a la salud de la situación financiera del sector público.
El déficit público alcanzó 398 mil 356 millones de pesos (mdp), cifra menor en 105 mil 485.2 mp a la programada para 2019 y 96,626 mdp inferior al déficit de 2018.
El balance primario del sector público arrojó un superávit de 275 mil 748 mdp, o 1.1 por ciento como porcentaje del PIB, una décima de punto porcentual por arriba de la estimación prevista en el presupuesto y prácticamente el doble de lo reportado en 2018 que fue el 0.6 por ciento.
El el superávit primario es una condición para la estabilidad de las finanzas al evitar que la deuda pública crezca sin control, destacó el CEESP.
Un resultado primario positivo o superavitario genera un entorno de confianza en los mercados acerca de la salud y fortaleza de las finanzas públicas, favoreciendo la certidumbre. Sin embargo, es importante analizar el origen del superávit para apreciar su sostenibilidad en el mediano y largo plazos.
Durante el ejercicio fiscal 2019 se combinaron el uso de recursos no recurrentes y una reducción del gasto no programable para cubrir el faltante de ingresos consecuencia de su sobrestimación de origen, que se dio porque el crecimiento del PIB que se previó y en el que se basó el presupuesto de ese año fue de 2 por ciento, pero finalmente resultó ser menos 0.1 por ciento de acuerdo a las cifras preliminares.
Al cierre del 2019, los ingresos presupuestales sumaron 5 billones 384.3 mil mdp, cifra 86.1 mil mdp superior a la programada para todo el año y 1.6% real por arriba a la observada durante 2018.
Este resultado se presentó como favorable y quizá generó señales de fortaleza de las finanzas públicas, pero para llegar a dicho resultado se utilizaron 125 mil mdp del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir el faltante y cumplir con las prioridades gubernamentales de gasto.
El uso de los recursos del fondo aludido fue el principal medio para proteger el equilibrio de las finanzas públicas, medido por el superávit primario, cuyo objetivo como proporción del producto se cumplió en 2019.
Las finanzas públicas durante 2019 tuvieron buenos resultados agregados o generales, se generaron distorsiones importantes a su interior porque la debilidad de las fuentes de ingresos se tuvo que compensar con recursos del FEIP, que es una fuente no recurrente, cuando el objetivo principal debería ser fortalecer los ingresos a través de un gasto que estimule el crecimiento y por ende una mayor recaudación, señaló el CEESP.
“En resumen, el resultado positivo desde la perspectiva agregada de las finanzas públicas en 2019 se logró recurriendo a mecanismos que o son transitorios, o que de mantenerse implican serios riesgos para la economía en adelante”.
Aun cuando el programa fiscal para el 2020 se ve viable, ello es suponiendo que se vuelve a recurrir a dichos mecanismos.
El FEIP todavía cuenta con recursos significativos por 158.5 mil mdp que podrá ser utilizado para cubrir la brecha de ingresos que se anticipa.
“Mientras este mecanismo es válido legalmente, representa una práctica poco sana desde el punto de vista económico, ya que se el fondo de estabilización se utilizará para cubrir un faltante deliberado, más que un riesgo inesperado, que es lo que normalmente (y correctamente) buscan estos fondos”.
El CEESP destacó que es entonces necesario contar con una estrategia clara para proveer a las finanzas públicas de una salud no sólo transitoria sino permanente, que sea compatible con el crecimiento del país.