La agencia calificadora Fitch Ratings mantiene la calificación de riesgo crediticio de México en BBB porque mantiene una política macroecónica consistente, finanzas relativamente estables y robustas, así como una trayectoria de estabilización en la deuda gubernamental.
Sin embargo, detalló que se encuentra limitada por una gobernanza relativamente débil y un desempeño moderado del crecimiento a largo plazo.
La calificadora para este año espera una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 8.9 por ciento por las serias afectaciones de la pandemia, el doble que en el momento de la última revisión de la calificación crediticia del país.
Fitch Ratings espera que los índices de deuda pública se mantengan más altos que antes de la crisis en el futuro previsible, pero la administración mantendrá una postura fiscal estricta y probablemente implementará una reforma fiscal en 2022 y así limitar los riesgos del perfil crediticio.
La respuesta de la política fiscal en México es una de las más pequeñas entre los soberanos calificados, con alrededor de 0.7 por ciento del PIB.
“México está priorizando la estabilidad de las finanzas públicas, pero evitar la asistencia a gran escala a hogares y empresas representa un posible costo para el crecimiento”, enfatizó Fitch Ratings.
Explicó que el gobierno se rige por las reglas fiscales, que lo obligan a evitar los préstamos excepto para la inversión, lo que a su vez refleja un mandato constitucional de restringir los préstamos que no sean para financiar inversiones generadoras de ingresos u operaciones de gestión de la deuda.
La calificadora proyecta un crecimiento del 4.0 por ciento en 2021 y de 2.5 por ciento para 2022, sin embargo, una nueva escalada de la propagación del virus son un riesgo negativo para las proyecciones de crecimiento.