Las reformas estructurales necesitan ajustes y tiempo para alcanzar los resultados ofrecidos por los partidos políticos y el Gobierno Federal de lograr tasas de crecimiento de un 5 por ciento y un mejor nivel de vida para los mexicanos, señaló el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) indicó que las reformas instrumentadas no han tenido la capacidad de generar un entorno que estimule la inversión, el crecimiento y la generación de empleos bien remunerados.
Especificó que cuando se discutieron se tenía el entendido de que después de su aprobación e instrumentación, los resultados no serían inmediatos, sino de mediano y largo plazos.
Detalló el sector privado que se ofreció con la modernización legislativa lograr un entorno fiscal que contribuya a fortalecer las fuentes de ingresos tributarios y asignar los recursos con eficiencia y transparencia, estimular la inversión mediante el estímulo fiscal y programas energéticos, así como fortalecer los programas de salud, educación seguridad y estado de derecho, entre otros.
“La importancia de las reformas para lograr estos objetivos es clara, por lo que más allá de pensar en echarlas para atrás, se debe considerar fortalecerlas y complementarlas con políticas públicas que tengan a la inversión como principal instrumento para crecer y generar empleos”.
A la fecha aún están lejos de cumplirse los objetivos: en materia fiscal ha mejorado la recaudación tributaria, aunque tuvo un efecto negativo en el ingreso de las familias en un principio.
El gasto público, por su parte, continúa sin una mejora en el bienestar de los hogares, de hecho, los niveles de pobreza repuntaron el año pasado, además de que no hay claridad en materia de transparencia de los recursos.
La inversión pública sigue en descenso para mantenerse en sus niveles más bajos en los últimos 70 años como porcentaje del PIB.
Los niveles educativos, de salud, seguridad y estado de derecho siguen sin mostrar mejoras, limitando un entorno que estimule el crecimiento y bienestar del país.
La inseguridad es un tema que ha tomado relevancia, al grado de convertirse en uno de los principales factores que pueden limitar el crecimiento. Según el reporte del WEF, México ocupa el lugar 134 tanto en el tema de crimen organizado como en la confianza en los servicios policiales.
El CEESP apuntó la necesidad de corregir todos estos desequilibrios, por lo que se deben fortalecer las reformas estructurales como instrumento para acelerar el cumplimiento de los objetivos de crecimiento y bienestar de los hogares.