El maíz genéticamente modificado se ha detectado en las harinas de Maseca, la que se utiliza para la elaboración de tortilla, totopos y botanas, informaron defensores del maíz nativo.
En la conferencia de prensa de la demanda colectiva, el abogado René Sánchez Galindo, señaló que la industria no ha presentado ninguna prueba científica que asegure que este grano modificado no afecta la salud humana en su consumo, a pesar de que así lo determina el protocolo de Cartagena.
La directora de biorgánica en la Ciudad de México, Mercedes López Martínez, afirmó que el maíz géneticamente modificado se encuentra presente en el consumo humano a pesar de la prohibición existente.
“Desde la asociación de consumidores orgánicos hicimos una investigación en 2019, analizamos varias harinas de Maseca que se utiliza en la mitad de tortillas industriales y encontramos que contenían transgénicos y glifosato, Buscamos a Maseca, nunca respondió; con la pandemia todo se paralizó”.
Mercedes López Martínez, directora de biorgánica en la Ciudad de México
Agregó que desde la UNAM se hizo una investigación, la que reveló que muchas tortillas, botanas, totopos, de manera industrial y artesanal también glifosato y transgénicos, se presume lo mismo : “la mezcla de maíces forrajeros con el alimento principal.
En la conferencia de prensa se indicó que el dfaño que causan los transgénicos a la salud se presentan impactos negativos a la salud después de 30 o 40 años por su consumo diario, por ser un daño “crónico subclínico”.
El litigante informó que este día se cumplen los 10 años de la demanda en contra de la siembra de maíz transgénico y en las próximas semanas o meses se conocerá la sentencia del juicio principal.
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