Sólo el 10 por ciento de las ofertas laborales en México no cuentan con la limitante de la edad, lo que limita el enfoque de las empresas para sus estrategias y objetivos de mercado, afirmó la firma de recursos humanos Pandapé.
“¿Demasiado joven o viejo para el puesto?» ¿Cuántas veces has escuchado esta frase en tu búsqueda laboral? Esta situación en la que debido a la edad las oportunidades laborales se ven cada vez más reducidas tiene graves consecuencias para el mercado laboral. Conocido como edadismo, el fenómeno se posiciona como una afectación crítica para los colaboradores, con la mayoría de empresas negándose a contratar a personas mayores o bien jóvenes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el edadismo se produce cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas provocando daños, desventajas e injusticias, bajo formas como prejuicios, discriminación, políticas y prácticas institucionales que perpetúan creencias estereotipadas.
De acuerdo con el presidente de la Asociación Mexicana por la No Discriminación Laboral por Edad o Género (ANDLEG), Javier Vázquez Robles, el 90 por ciento de las vacantes ofrecidas dejan fuera a los mayores de 35 años.
Al evitar la discriminación por edad, las compañías tienen una oportunidad única para aprovechar la experiencia de los colaboradores de mayor o las nuevas habilidades de los de menor edad permitiéndoles hacer frente a los principales retos de hoy en día, como la escasez de talento, la cual afecta a 3 de cada 4 reclutadores.
Por otro lado, se encuentra la inclusión laboral, donde contar con un equipo de trabajo generacional más diverso se posiciona como la segunda preocupación de las empresas, algo que bien podría cubrirse con la contratación de colaboradores de todas las edades laborales.
Las empresas al tener un equipo compuesto por varias edades harán que vean las cosas desde otro punto de vista, con mayor impacto al momento de crear ideas y dando un giro positivo en términos de los valores y la misión.
Actualmente se discute una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) en México, que obliga a las empresas a contratar al menos 5 por ciento de adultos mayores, lo cual es un primer paso para combatir el edadismo.