La auditoría al desempeño se encuentra estrechamente vinculada al nuevo modelo de gestión pública para que la población conozca y opine sobre los resultados sobre la administración de los recursos de interés público a favor de la población, señaló el Instituto Belisario Domínguez.
En la nota especial “El rol de la auditoría al desempeño en la rendición de cuentas” se especificó que constituye una herramienta instrumentada por los órganos de fiscalización orientada a mejorar la gestión de las organizaciones y que ha permeado de forma importante en la lógica gubernamental alrededor del mundo.
La auditoría al desempeño está sostenida por dos pilares principales: el cumplimiento de los procesos y la satisfacción del usuario o receptor de los servicios o bienes públicos.
Destacó el documento que se cuenta con un conjunto de mecanismos en los organismos fiscalizadores para cumplir con el mandato de exigir cuentas al Ejecutivo constituye un objeto de estudio interesante desde la perspectiva de su contribución de robustecer la democracia, en particular, por las implicaciones que estos procesos tienen en la adopción de mejoras en la acción pública.
En ese sentido, añade que uno de los elementos centrales de la rendición de cuentas es que esta pone al ciudadano en una posición más privilegiada y equitativa para cuestionar de interés público.
Este ejercicio guiado por los principios de eficacia, economía, eficiencia y calidad, está orientado a responder preguntas clave sobre si se cumplieron los objetivos planteados por una organización pública, y si estos se cumplieron de forma adecuada. En caso de no ser así emitir una serie de recomendaciones susceptibles de ser implementadas por los entes auditados.
La auditoría al desempeño conlleva también un rol en materia de legitimidad, al promover que, en los casos en que así ocurra, se promuevan las sanciones correspondientes en concordancia con el componente punitivo de la rendición de cuentas, concluye el documento del IBD.
En la nota especial “El rol de la auditoría al desempeño en la rendición de cuentas” se especificó que constituye una herramienta instrumentada por los órganos de fiscalización orientada a mejorar la gestión de las organizaciones y que ha permeado de forma importante en la lógica gubernamental alrededor del mundo.
La auditoría al desempeño está sostenida por dos pilares principales: el cumplimiento de los procesos y la satisfacción del usuario o receptor de los servicios o bienes públicos.
Este instrumento de gestión pública involucra un conjunto de procesos que es importante analizar desde la óptica del funcionamiento de las organizaciones y la relación entre estas.
Destacó que se cuenta con un conjunto de mecanismos en los organismos fiscalizadores para cumplir con el mandato de exigir cuentas al Ejecutivo constituye un objeto de estudio interesante desde la perspectiva de su contribución de robustecer la democracia, en particular, por las implicaciones que estos procesos tienen en la adopción de mejoras en la acción pública.
En ese sentido, añade que uno de los elementos centrales de la rendición de cuentas es que esta pone al ciudadano en una posición más privilegiada y equitativa para cuestionar de interés público.
Este ejercicio guiado por los principios de eficacia, economía, eficiencia y calidad, está orientado a responder preguntas clave sobre si se cumplieron los objetivos planteados por una organización pública, y si estos se cumplieron de forma adecuada. En caso de no ser así emitir una serie de recomendaciones susceptibles de ser implementadas por los entes auditados.
La auditoría al desempeño conlleva también un rol en materia de legitimidad, al promover que, en los casos en que así ocurra, se promuevan las sanciones correspondientes en concordancia con el componente punitivo de la rendición de cuentas, concluye el documento del IBD.