La dolarización es una estrategia socorrida por varios países en distintos momentos de su historia, particularmente los que se encuentran en vías de desarrollo, que ocurre cuando un país adopta de forma oficial la moneda de Estados Unidos, el dólar, como su moneda de curso legal.

Otra forma de dolarizar una economía ocurre cuando de manera informal, frente a la pérdida de valor de su moneda por una alta inflación y/o por su depreciación ante otras monedas, las personas de un país deciden acumular dólares.

“Esta es una estrategia que adoptan las familias y consumidores ante la incertidumbre de precios y financiera de sus países”.

Alejandrina Barajas Ramos, investigadora del Centro de Investigación Económica del Noroeste (CIEN) de CETYS Universidad, Campus Mexicali.

En ambas situaciones, detalló, la historia y los casos en los que se ha aplicado la dolarización tanto oficial como informal demuestran que es un efecto placebo, ya que en un primer momento puede ayudar a controlar la inflación, pero posteriormente es perjudicial para el crecimiento económico del país.

Todas las economías cuentan con dos políticas económicas en las que pueden incidir en el crecimiento y desarrollo económico de un país: la fiscal y la monetaria.

La fiscal se refiere a los impuestos y subsidios, la controla el gobierno en turno; mientras que la monetaria es relativa al dinero y a las tasas de interés. Hace algunas décadas, esta política también era controlada por el gobierno, sin embargo, la evolución de la ciencia económica ha demostrado que, para lograr economías estables, la política monetaria debía de ser controlada con autonomía por el Banco Central, sin injerencia del gobierno en turno.

¿Por qué se llegó a esta recomendación y qué relación tiene con la dolarización?

En la década de 1980, algunos bancos centrales ampliaron masivamente la base monetaria, que es la cantidad de dinero que circula en la economía, para financiar el gasto fiscal y contribuir a los rescates de los sectores financieros tras graves crisis bancarias. “Estas decisiones generaron una inflación alta y persistente, lo cual contribuyó a la pérdida del poder adquisitivo de las personas y aumento de la pobreza”.

Lograr y aplicar la autonomía del banco central no es una reforma sencilla y sin costos para las sociedades, pero los países que apostaron por ella contaron con tasas de inflación bajas y estables en los últimos años, así como un sistema financiero más sólido ante crisis económicas. “Esta apuesta en la década de los noventa es lo que ha hecho la diferencia en la situación que enfrenta la economía de México y la de Argentina ante el actual contexto de inflación alta que vive el mundo”, ejemplificó la experta.

En Argentina, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) es una entidad autárquica del Estado nacional y tiene como objetivos promover la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social. En el caso de México, el Banco de México (BANXICO) es una entidad con autonomía, que tiene como objetivo prioritario procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso mexicano.

¿Por qué la diferencia entre las tareas de ambos bancos? “Argentina tradicionalmente ha sido una economía con una alta injerencia del Estado, el cual no ha considerado conveniente para su manejo económico la autonomía del banco central; mientras que la economía mexicana vivió una modernización en la década de los noventa ante el proceso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el TLCAN hoy T-MEC. Es decir, México al convertirse en socio comercial de la potencia económica tuvo que aplicar la reforma que permitió la autonomía de BANXICO, con el objetivo de generar certidumbre a los inversionistas extranjeros”.

La autonomía de BANXICO y la retención del control del BCRA por parte del Estado de Argentina, es lo que ha hecho la diferencia en el control de la inflación y en el tipo de cambio ante el dólar. Aunque los convenientes e inconvenientes de los objetivos de los bancos centrales en las respectivas economías son discutibles, el tiempo le ha dado la razón a México, país que ha podido controlar las altas tasas de inflación vividas en la décadas de los ochentas y principios de los noventas, y donde el peso ha podido responder a las crisis económicas surgidas sin generar contextos de incertidumbre en los inversionistas o crisis de liquidez en la economía.

Ante el contexto actual de alta inflación provocado por la irrupción en las cadenas de suministro por el COVID-19 y la guerra de Rusia contra Ucrania, la economía mexicana tiene un mejor entorno para salir adelante, ya que este aumento en las tasas de inflación se presenta por dinámicas externas en la economía internacional.

En el caso de Argentina, explicó la investigadora, su economía ya presentaba una dinámica interna de alta inflación debido a que el país gasta más de lo que debería, la cual sumada al entorno internacional y al súper dólar suscitado por el momento de incertidumbre que se está viviendo, contribuye a la pérdida de valor del poder adquisitivo y a la depreciación del peso argentino.

“Por estas diferencias y decisiones en materia monetaria de México, que es la segunda y de Argentina, que es la tercera economía de Latinoamérica, se puede afirmar que la situación que vive Argentina no podría replicarse en México, ya que la economía mexicana cuenta con mayor solidez macroeconómica y con mayores reservas de dólares que blindan a la economía mexicana ante vaivenes de la economía internacional”.

Alejandrina Barajas Ramos, investigadora del Centro de Investigación Económica del Noroeste (CIEN) de CETYS Universidad, Campus Mexicali.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...