La demanda del litio se cuadruplicará hacia finales de la esta década por el avance de la electromovilidad, mineral que se comercializa de manera privada entre las empresas mineras y consumidoras para la elaboración de baterías, vidrios, cerámica, entre otros.
En México se encuentra en proceso la elaboración de la legislación para la explotación del Litio con la asesoría de uno de los países con mayores reservas de este mineral: Bolivia que nacionalizó su explotación con la creación de la Empresa Pública Nacional Estratégica de Yacimientos de Litio Bolivianos.
De acuerdo con reportes especializados de Mining Technology, en el pueblo de unos mil habitantes de Bacadéhuachi, en Sonora, se encuentra el yacimiento más grande del que se tiene conocimiento a la fecha.
La concesión se encuentra en poder de la empresa inglesa Bacanora Lithium y su socio mayoritario chino, Ganfeng Lithium, la mayor productora de compuestos de litio en el gigante asiático.
La Secretaría de Economía (SE) informó a finales de 2018 que “el país no cuenta con ningún yacimiento de litio en explotación; sin embargo, en los estados de Baja California, San Luis Potosí, Zacatecas y Sonora se encuentran tres yacimientos en etapa de exploración”.
Bacanora Lithium informó en su portal que ha estado operando una Planta Piloto en Hermosillo, en la que ha producido productos de litio de alta calidad para baterías durante los últimos cuatro años.
Los especialistas adelantan que los principales demandantes del mineral en el futuro son los fabricantes de automóviles, y en especial los que se orientan a los automóviles eléctrico o híbridos.
La regulación del litio es una tendencia entre diferentes países productores o con expectativas de contar con yacimientos de este mineral, señaló el Instituto Belisario Domínguez (IBD) en su investigación “Regulación del litio. Propuestas y comparativa internacional”.
La investigación elaborada por Juan Pablo Aguirre Quezada, destacó que en el transcurso de la LXIV legislatura se han presentado cinco iniciativas relativas a la explotación del litio.
Particularmente, en el Senado se han formulado propuestas en el sentido de reafirmar la propiedad de la Nación sobre este recurso, así como asegurar el manejo adecuado de los residuos peligrosos que producen las baterías de litio.
Actualmente, el marco legal del litio en México está previsto en el artículo 27 constitucional, en el que se instituye la propiedad de la Nación sobre los recursos minerales y en el artículo 4 de la Ley Minera en el que se incluye al litio como uno de los minerales o sustancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos constituyen depósitos distintos de los componentes de los terrenos.
En la administración del presidente López Obrador se suprimió la subsecretaría de Minería por el programa de austeridad y reorganización de la administración federal.
El Servicio Geológico Mexicano informó que las exportaciones de litio realizadas por México ascendieron a 652 mil 472 dólares estadounidenses en 2018 y las importaciones fueron de 3 823 mil 898 dólares.
El valor de las exportaciones de carbonatos de litio realizadas por México en 2018 fueron a Estados Unidos de América, 85.05 por ciento; Francia, 14.93 por ciento; y Perú, 0.01 por ciento.
Los países de los que se realizaron las importaciones fueron: Chile, 77.57 por ciento; Eslovenia, 20.5 por ciento; Estados Unidos, 1.42 por ciento; y Argentina, 0.5 por ciento.
El documento del IBD refiere que, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), las mayores reservas de litio en toneladas están localizadas en Australia, 62 millones 800 mil; Chile, 8 millones 600 mil; Argentina, un millón 700 mil; China, un millón; Estados Unidos, 630 mil; Canadá, 370 mil; Brasil, 95 mil, y Portugal con 60 mil.
El estudio concluye que además de la extracción, la industria derivada deberá generar tecnologías, y profesionistas especializados que puedan aprovechar la transformación y capacidades del litio para satisfacer las necesidades de la población usuaria.