El T-MEC conserva y profundiza los lazos comerciales entre los tres países, proporciona una garantía necesaria para la economía de América del Norte, la cual representa alrededor del 28 por ciento del PIB global y 16 por ciento del comercio mundial, afirmaron empresarios de los tres países.

En una declaración conjunta, Carlos Salazar Lomelín, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de México (CCE); Thomas J. Donohue, CEO de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos; y Perrin Beatty, Presidente y CEO de la Cámara de Comercio de Canadá, sostuvieron que incluye nuevas áreas.

Además, facilita a los creadores de empleo la certeza que necesitan para invertir, contratar y crecer, el acuerdo fomentará la prosperidad de nuestras sociedades en los años venideros.

“Nuestras organizaciones, el Consejo Coordinador Empresarial, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, y la Cámara de Comercio de Canadá, participaron profundamente e invirtieron en el proceso que condujo a este momento: defendimos provisiones de vanguardia, nos opusimos a las frecuentes amenazas sobre retirarse del antiguo TLCAN e insistimos en retener un acuerdo trilateral para el beneficio de la región y nuestros países”.

El T-MEC moderniza el marco comercial de América del Norte en el siglo XXI, incorpora las mejores disposiciones de su clase en áreas como el comercio digital, los servicios financieros y las telecomunicaciones.

A través de nuevos capítulos innovadores, facilita la integración de las pequeñas y medianas empresas en el comercio internacional, promueve la competencia y contribuye a la lucha contra la corrupción.

En general, el acuerdo aumenta la competitividad de la región, lo cual es vital en un contexto internacional incierto caracterizado por tentaciones proteccionistas. Sin embargo, el acuerdo fue menos de lo esperado en áreas como la propiedad intelectual, adquisiciones y movilidad laboral.

“El trabajo no se detiene ahora. Existen desafíos donde se necesitará flexibilidad. La industria automotriz, el sector manufecturero más grande de nuestra región, deberá cumplir con cientos de páginas de nuevas regulaciones que implementan 2 requisitos estrictos sobre contenido. Nuevas reglas en otras áreas, como la laboral, también presentarán desafíos de cumplimiento”.

La pandemia del Covid-19 y la crisis económica pueden hacer que la adaptación a estas nuevas reglas sea aún más desafiante.

Los gobiernos deben operar dentro del espíritu del acuerdo y a abstenerse del uso de aranceles por motivos de seguridad nacional.

“Nuestra asociación norteamericana no amenaza la seguridad nacional de nadie; por el contrario, es una gran fortaleza para los tres países. Sugerir que estos aranceles pueden regresar solo amenaza cadenas de suministro transfronterizas relevantes”.

Más aún, el T-MEC solo tendrá éxito en la medida en que los tres gobiernos demuestren compromiso, participación y, sobre todo, respeto a los marcos legales y regulatorios.

“Este acuerdo nos consolida como miembros del mismo equipo. Refuerza la posición de América del Norte como el principal destino mundial para la inversión. Es crucial que los gobiernos y las comunidades empresariales de los tres países trabajemos juntos para garantizar que el acuerdo alcance su potencial para fomentar la productividad, ser un motor para el desarrollo y el crecimiento inclusivos, y consolidar a América del Norte como la región más competitiva del mundo”, concluye el posicionamiento conjunto.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...