Hasta un 70 por ciento de los empleados en Latinoamérica durante sus vacaciones tienen que atender cuestiones laborales por cuestiones de emergencia, y se genera la tendencia de “vacaciones silenciosas”, reveló la empresa de recursos humanos Pandapé.
En México el 75 por ciento de los trabajadores sufre estrés laboral y el país registra el menor número de días de descanso vacacional en Latinoamérica, lo que genera algunas prácticas que pueden ser perjudiciales, como las llamadas “vacaciones silenciosas”.
Las vacaciones silenciosas se refieren a tomar tiempo libre sin hacer una solicitud de vacaciones formal, y es popular sobre todo entre las nuevas generaciones.
De acuerdo con datos de Pandapé el 41 por ciento de los trabajadores ha tenido que trabajar durante sus vacaciones por emergencias, 29 por ciento decide mantenerse al tanto de sus pendientes y un 70 por ciento ha sido contactado para realizar alguna actividad laboral.
Además, al 36 por ciento le resulta muy difícil desconectarse del trabajo y un impresionante 58 por ciento ha tenido sus vacaciones negadas alguna vez, siendo la carga laboral la razón principal para el 45 por ciento de los solicitantes.
Aunque esta práctica puede parecer beneficiosa al permitir que los colaboradores gestionen su propio tiempo y eviten la presión de pedir permiso formal, en realidad puede ser perjudicial.
Se advierte que esta tendencia genera dilemas éticos en la comunicación entre empleador y empleado y puede ser contraproducente en caso de problemas urgentes o infracciones a las políticas de la empresa.
A partir de la necesidad de impulsar una mejora con respecto a este derecho, en 2023 entró en vigor la reforma a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) para ampliar de 6 a 12 días el periodo vacacional de los trabajadores. Esta reforma también es conocida como “vacaciones dignas”.
Este cambio legislativo puso fin a 52 años que estipulaba 6 días de descanso al año y representa un primer paso hacia el cumplimiento del estándar mínimo internacional, ya que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda 18 días de descanso para el primer año de trabajo como parte de las obligaciones del empleador.