La recuperación económica en México tendrá un camino tortuoso ante la división y enfrentamiento que se vive entre la élite del sector productivo y la administración del presidente López Obrador.
La cúpula empresarial sostiene que son necesarios apoyos fiscales para que desde las micro hasta las grandes empresas cuenten con liquidez financiera para hacer frente a los compromisos contractuales que tienen su plantilla laboral y sus proveedores.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, sostiene que la reactivación económica no será como en las etapas anteriores en las que se recurría al endeudamiento y al apoyo a las grandes empresas con la condonación de impuestos y crédito, para que en cascada comenzara mayor actividad económica y empleos.
Sin embargo, este planteamiento no ofreció los resultados esperados, por el contrario, sirvió para la concentración de la riqueza en pocas manos y un sector mipyme ausente de los beneficios contemplados por los planes gubernamentales.
Se han detectado tres etapas en el desarrollo mipyme: el primer en el modelo de la sustitución de importaciones y en la década de los 70s del siglo pasado se vio limitado en la competitividad por la constante inestabilidad económica que propició la etapa de supervivencia en la década de los 80´s para que en los 90´s comience la internacionalización de México por la apertura comercial.
Desde 1954 a la fecha se han tenido diferentes conceptos sobre el sector mipyme y en 1985 se establece su segmentación en micro, pequeña y mediana empresa.
Para ese año, al igual que ahora representaban el 98 por ciento y una aportación del Producto Interno Bruto (PIB) de un 45 por ciento. A la fecha se tienen 4.1 millones y aportan el 52 por ciento del PIB.
En términos numéricos, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), para 1998 el número de mipymes en México era de 3 millones 038 mil 514 establecimientos a nivel nacional, el 95.4 por ciento de establecimientos estaba ocupado por microempresarios, el 3.3 por ciento por las pequeñas empresas, el 0.9 por ciento por medianas empresas y el 0.4 por ciento por las grandes industrias.
En 2018 el Inegi reportó que se 4 millones 057 719 son microempresas con una participación de 97.3 por ciento, las pequeñas y medianas 111 mil 958, un 2.7 por ciento, en total se tenían 4.1 millones de mipymes.
Se habla que 64 mil pymes se encuentran en el esquema exportador y representan el 9 por ciento del comercio internacional que se realiza con exterior.
Las principales cuestiones que han limitado a las mipymes son la falta de financiamiento, inseguridad pública y jurídica, modernización tecnológica, abuso comercial por las grandes empresas y el comercio informal.
Con esta panorámica se prevé una recuperación divida porque los grandes capitales quieren que se mantengan algunas políticas de antaño para endeudamiento y apoyo fiscal con descuentos por pronto pago a los diferimientos otorgados por el gobierno federal.
La reactivación no se regirá por la unidad, sino por el enfrentamiento entre la élite empresarial y el gobierno, cuando debería ser complementaria para lograr el citado objetivo de encadenamiento productivo y sustitución de importaciones, lema de por lo menos 25 años para fortalecer el mercado interno.