La recuperación económica de México requiere de medidas temporales “urgentes” que ayudan a la planta productiva, el empleo, ingreso y bienestar de la población con una reasignación de recursos públicos que mantenga la prudencia fiscal de no incurrir en endeudamiento, señaló el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que la recuperación en “V” que algunos anticipaban, parece haberse detenido a finales del año pasado, como lo había anticipado.
“Hoy, incluso, hay señales de que es probable que la recuperación se dará en forma de “W”, aunque con la parte derecha mucho más prolongada, es decir, que se presente un nuevo estancamiento antes de que se logre una recuperación sostenida, aunque sea con niveles muy bajos de crecimiento”.
El declive de la actividad productiva que comenzó desde 2019 y que se recrudeció gravemente el año pasado, se ha añadido un rebrote, o más bien una aceleración en el número de contagios por Covid, que ha obligado a ampliar medidas de confinamiento o semáforo rojo en diversas entidades con su repercusión en la actividad productiva con el cierre de negocios y la renovada cautela de la población.
Las cifras de la actividad económica del indican que, después de seis meses con variaciones mensuales positivas desde Junio, la coyuntura propició una recaída en Diciembre pasado.
De acuerdo con el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), se estima que tuvo una caída mensual de 1.2 por ciento en el último mes del año pasado.
“Se estima que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) será inferior en 5.4 por ciento al cierre del año pasado, respecto al de 2019. De cumplirse este comportamiento, durante todo el año pasado el IGAE habrá caído 8.3 por ciento”.
De acuerdo con las encuestas con especialistas que realizan el Banco de México y Citibanamex, recientemente las expectativas respecto al cierre definitivo de 2020 y hacia adelante han mejorado.
Ante la coyuntura que con los semáforos rojos y la ausencia, hasta ahora, de políticas públicas que protejan a las empresas y al empleo, así como a los hogares, de los efectos de la emergencia sanitaria, el dinamismo de la economía será menor al que se contemplaba hace sólo algunas semanas.
Ante la actual situación, el CEESP considera que puede ser una buena oportunidad para retomar la discusión respecto a implementar medidas para mitigar el daño a la economía. Las autoridades se pueden adaptar a esta nueva y desafortunada situación y tomar cartas en el asunto. Generar un entorno en el que haya un incentivo para invertir es sin duda fundamental y muy necesario.
“A la vez, y urgentemente, hay que tomar medidas de apoyo temporal a la planta productiva para proteger el empleo y a los hogares para ayudar a la población afectada por la crisis, así como dedicar más recursos a la salud”.
Reconoció que la prudencia fiscal que el gobierno ha defendido es una determinación adecuada que muy probablemente resultará provechosa para el país a la larga.
Destacó que antes de pensar en incurrir en mayores déficit y endeudamiento público, habría que evaluar una reasignación de los recursos aprobados en el PEF.
Especificó que de manera objetiva se debe considerar qué es más rentable para para la sociedad, si seguir adelante con los programas sociales y proyectos de inversión prioritarios para el régimen o dedicar más recursos a proteger empresas y su empleo.
Recientemente, la nueva Secretaria de Economía dio a conocer un programa de reactivación que consta de cuatro ejes: mercado interno, empleo y empresa; facilitación de la inversión; el comercio internacional; y la regionalización y los sectores.
En su presentación no se perciben propuestas específicas y convincentes de que realmente contribuyan al crecimiento de la economía.
Se presenta simplemente la intensión de trabajar con diversos sectores y organismos públicos y privados en busca de un mejor entorno, pero en algunos temas se contradice la política presidencial vista hasta ahora.
Por ejemplo, la Secretaria de Economía señaló que, en busca del incremento del valor agregado local, habrá que trabajar con la Secretaría de Hacienda para “lograr estímulos fiscales”. Sin embargo, en este tema la posición del ejecutivo parece ser contraria.
El programa de la secretaría que encabeza Tatiana Clouthier Carrillo es un primer paso, pero se queda corto por ahora. “Se requieren de acciones de política económica más profundas para estos tiempos difíciles. También se requiere una acción más amplia, con la participación de otras dependencias y de los sectores social y privado, a fin de romper la inercia de la pandemia y dinamizar la actividad económica”.
El programa de recuperación necesita mensajes claros de la intención por parte de todo el gobierno federal en favor de medidas eficientes de apoyo a las empresas.
“Aún es tiempo de cambiar de rumbo en favor de la economía, la inversión y el crecimiento, que son las únicas fuentes de bienestar social duradero y sostenible”, concluyó el CEESP.