El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) considera que media docena de aspectos tendrán una incidencia directa en el desempeño de las actividades económicas en este 2022 con la pérdida de la calificación crediticia y salida de capitales.

1.- La efectividad en la campaña de vacunación contra el Covid-19 y de las medidas preventivas (como uso del cubrebocas, distanciamiento social y evitar concentraciones masivas).

El impacto de la variante ómicron y la posibilidad de que surjan nuevas variantes seguirá siendo un factor de riesgo para la salud pública y el desempeño económico.

Hasta el momento las autoridades federales y de la Ciudad de México (CDMX) han descartado el cierre de las actividades por una posible cuarta ola de la pandemia.

2.- La creación de condiciones suficientes de certidumbre para fomentar la recuperación de la inversión privada. El IMEF sostiene que no puede haber desarrollo económico sin crecimiento económico y no habrá crecimiento económico sostenido y suficiente sin la inversión privada. Afirma que debe haber un cambio en la narrativa gubernamental respecto a la importancia de la inversión privada como generadora de empleo y acciones claras y contundentes para impulsarla. Debe darse un irrestricto cumplimiento del estado de derecho y respeto a los derechos de propiedad.

3.- El ambiente político y la autonomía de las instituciones. En el 2022 habrá elecciones en 6 estados y será el primer año con nuevos liderazgos en el Banco de México y en el Inegi. La preservación de la autonomía de ambas instituciones es fundamental para la mantener la estabilidad económica. Asimismo, destacó que la especial importancia de preservar la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) como pilar de la democracia mexicana.

4.-La estabilidad de las finanzas públicas. La combinación de diversos compromisos de gasto podría generar una presión excesiva sobre las finanzas públicas, entre ellos, los recursos asignados a proyectos de infraestructura de dudosa rentabilidad económica y social, la asignación de recursos al sector de energía, tanto por el rescate de Pemex como por el impulso a iniciativas estatizadoras tales como la propuesta de reforma constitucional en materia eléctrica, todo ello en un escenario de menor crecimiento económico.

La precaria situación de las finanzas públicas podría conducir a su desestabilización o a un mayor endeudamiento público, ya de por si elevado en 51 por ciento del PIB.

Una eventual aprobación de las reformas en discusión sobre el sector energético podría tener consecuencias muy negativas y palpables sobre la economía y variables financieras, produciéndose con una alta probabilidad, el recorte a la calificación soberana, salidas de capital más aceleradas, presiones más marcadas sobre el tipo de cambio y las tasas de interés, así como una nueva recesión en la actividad económica.

5.- La evolución de la inflación y la política monetaria. La inflación ha repuntado a sus mayores niveles en dos décadas, lo que obliga a las autoridades monetarias a adoptar una política monetaria congruente con anclar las expectativas de inflación, lo cual implica continuar con el ciclo de aumentos de las tasas de interés para preservar la estabilidad macroeconómica que tanto trabajo costó alcanzar.

El repunte inflacionario no es exclusivo de México, y en gran parte del mundo se perfila un cambio en la política monetaria hacia posturas menos expansivas, lo que también incidirá sobre la postura monetaria del banco central.

Existe el riesgo de que, si la inflación no comienza a descender con rapidez, la política monetaria tenga que endurecerse más allá de lo previsto, limitando el crecimiento económico en el corto plazo pero preservando el crecimiento potencial de mediano y largo plazos.

6. La vinculación con Estados Unidos. La evolución de la economía de nuestro principal socio comercial y la demanda por productos mexicanos tendrá un importante impacto sobre el desempeño económico de México, así como las discusiones que puedan darse en el marco del T-MEC. Es imperativo respetar el tratado, sobre todo en materia energética y de inversiones.

México debe enfocar su atención hacia el diseño y el despliegue de un nuevo modelo de desarrollo que propicie un crecimiento económico elevado y que sea incluyente, lo que requiere de un diálogo franco, abierto y propositivo entre el gobierno, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil, como el IMEF, y el poder legislativo, lo cual es un desafío en el contexto de una sociedad que se encuentra dividida y confrontada.

El IMEF realizó un decidido exhorto para que el 2022 sea un año de diálogo y reconciliación, de encuentro y colaboración entre todos los sectores, con la única motivación de un compromiso compartido para lograr un México con mayor estabilidad, inclusión y prosperidad.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...