La junta de gobierno del Banco de México (Banxico) por mayoría decidió mantener sin cambio la tasa de interés interbancaria a un día en un nivel de 8.25 por ciento para lograr la convergencia en la meta de inflación del 3 por ciento.
Un solo miembro de los cinco que la componen votó por la reducción de la tasa objetivo en 25 puntos base.
En la discusión se mencionó que los mercados financieros nacionales se han ajustado al entorno de incertidumbre asociado a la relación bilateral entre México y Estados Unidos y respecto de las perspectivas crediticias, tanto para la deuda de Pemex como la soberana.
Agregó en este contexto, que es necesario atender el deterioro en la calificación crediticia soberana y de Pemex, así como cumplir las metas fiscales del Paquete Económico para 2019. Asimismo, es indispensable fortalecer el estado de derecho, abatir la corrupción y combatir la inseguridad.
“El entorno actual sigue presentando importantes riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento y el proceso de formación de precios en la economía”, enfatizó la junta de Banxico.
Señalaron que es importante continuar con una política monetaria prudente y firme, que se impulse la adopción de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas.
Entre los riesgos que enfrenta el desempeño económico de México destacó la posibilidad de que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos, y en caso de requerirse “un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largo plazos, el Banco de México contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios”.
Además, menconaron que otros riesgos son la amenaza de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y que se adopten medidas compensatorias, aunque este riesgo se ha mitigado por el acuerdo recientemente alcanzado.
También los precios de los energéticos y de los productos agropecuarios pueden generar presiones; así como el escalamiento de medidas proteccionistas a nivel global.
Entre los riesgos a la baja mencionarpn una posible apreciación de la moneda mexicana asociada a un contexto de posturas monetarias más acomodaticias y menores tasas de interés a nivel mundial o por mayor certeza en la relación comercial con Estados Unidos.
También figura como riesgo a la baja que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente, tal como ha sucedido con los energéticos ante una mayor debilidad económica mundial.
“Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta”, concluyó la junta del Banco de México.