Las falta de resultados de las reformas estructurales para impulsar mayores tasas de crecimiento económico, y una lucha real y frontal contra la corrupción e inseguridad son cuestiones que deberán abordar los aspirantes a la silla presidencial si se quiere avanzar de manera efectiva en el desarrollo del país.
El Centro de Estudios Económicos y del Sector Privado (CEESP) destacó que las propuestas políticas de los aspirantes a la presidencia de la República deberán “ser claras, creíbles y concretas, sobre todo, cuando estamos entrampados en un entorno históricamente negativo en materia de corrupción, impunidad e inseguridad”.
Agregó que existe una facilidad para que quienes atentan contra las leyes se libren de enfrentar algún castigo, lo que sólo estimula un entorno de inseguridad física, patrimonial y de baja productividad que inhibe cualquier intento de lograr un verdadero bienestar para los hogares.
Enfatizó que es imperativo actuar en estas cuestiones porque “lo preocupante es que, a pesar de la evidencia, no se percibe en las autoridades y grupos políticos la intención ni el compromiso de establecer un ambiente de seguridad, en el que prive la libertad de emprender y el incentivo de invertir en el largo plazo en busca de mayor utilidad y beneficio para la actividad productiva y la generación de empleos”.
El CEESP consideró que si se presenta un avance en contra de la corrupción, seguridad pública, estado de derecho, se comenzarán a ver resultados más favorables en materia cambiaria y en las cuentas externas, lo que contribuiría a mantener un nivel de inflación baja y estable, en beneficio del poder adquisitivo de los hogares.
La evolución de las expectativas depende en buena medida de la confianza en que se generen suficientes incentivos para invertir. Se requieren políticas económicas que aseguren un ritmo de crecimiento suficiente para crear empleos de calidad que permitan la mejora del bienestar de los hogares en un ambiente de seguridad y libertad de emprender.
El CEESP destacó que “los esfuerzos se han hecho, pero no con la fuerza necesaria. Hay que recordar que al inicio de la administración las autoridades señalaron que, de aprobarse las reformas, al cierre del sexenio podríamos estar creciendo al 5 por ciento”.
Con todas las reformas aprobadas se tiene una tasa de crecimiento promedio de 2.5 por ciento en los últimos cinco años, sin una perspectiva clara para el futuro.
“Es obvio que se deben fortalecer las reformas aprobadas, así como incrementar los esfuerzos para establecer un sano estado de derecho que contribuya a establecer un ambiente seguro para un mejor desempeño de la actividad económica del país”.
Sería útil que, durante el proceso de campañas hacia la Presidencia del país, se consideraran propuestas de acciones específicas, planeadas y estructuradas para sanear el entorno de corrupción, impunidad e ilegalidad que vive el país y así lograr el crecimiento económico necesario, puntualizó el CEESP.