La tortilla en la Ciudad de México (CDMX) en el primer bimestre creció su consumo en doble dígito por la estabilidad de precios en los insumos y para que se mantenga deben continuar con las medidas gubernamentales para evitar incrementos mayores a la inflación general y el precio no se eleve demasiado, afirmó la Red de Maíz.
La presidenta de la organización, Blanca Mejía Castillo, destacó que por los acuerdos del PACIC se mantuvieron los precios de insumos estables y durante Enero creció un 14 por ciento y en Febrero un 19 por ciento, de acuerdo con las ventas de nuestros agremiados.
“Los incrementos en los energéticos fueron marginales, pero se requieren apoyos del gobierno con un fondo revolvente de 80 millones de pesos ante los futuros incrementos en el precio de la tortilla”.
Blanca Mejía Castillo, presidenta de Red de Maíz
El representante de la zona sur, Orlando Domínguez Celis, indicó que difícilmente se mantendrá el precio del kilo en la capital del país porque los ajustes en los precios de las harinas fue mayor a la inflación general del año pasado.
“Dudo que el precio se mantenga este año… Los incrementos de Marzo en las harinas en el precio final tienen un impacto de 50 a 70 centavos por kilo de tortilla, lo que se puede traducir en aumentos de 1 a 2 pesos».
Orlando Domínguez Celis, representante Sur
Mejía Castillo también indicó que se requiere un mercado parejo de la tortilla porque sólo la informalidad es muy alta, de las 110 mil que existen en el país pagan seguridad social 35 mil 905 empleados dados de alta, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
También se requieren mayores acciones en contra de la inseguridad para que la extorsión no siga generando un ambiente de temor entre propietarios y trabajadores comprometiendo la viabilidad económica de las tortillerías en la capital del país.
En cuestiones de seguridad alimentaria se debe establecer un mecanismo minucioso de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM) con el objetivo de verificar que el maíz y la masa que llega a las tortillerías se encuentra libre de material genéticamente modificado, y así dar cabal cumplimiento al decreto presidencial de febrero de este 2023.
Se deben publicar reportes periódicos de los análisis realizados al maíz para otorgar seguridad de que no se introduce el maíz transgénico en la cadena maíz-tortilla.