La actuación del gobierno federal será fundamental para la reactivación económica después de la crisis sanitaria porque sin estímulos y/o apoyos tributarios se prevé la desaparición de empresas y empleos, advirtió el sector privado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que la pandemia del Covid-19, la guerra de precios petróleos y los conflictos geopolíticos han afectado el desempeño de los mercados financieros y las economías del mundo.
En los Pre-Criterios 2021 se prevé que la expectativa tan optimista de recaudación sugiere además que el gobierno no contempla dar facilidades a las empresas en cuanto al pago de sus impuestos para permitirles conservar su planta laboral, o incluso su existencia misma, ante la evidente falta de ingresos que enfrentan ya y que con seguridad se agudizará significativamente, enfatizó el organismo del sector privado.
“De ser así, las consecuencias para el país serían sumamente graves, ya que las posibilidades de reactivación económica una vez superada la crisis sanitaria se verían muy limitadas. Muchas empresas y empleos podrían desaparecer y el efecto sobre el bienestar y la tranquilidad social sería sin duda preocupante”, alertó el CEESP.
Además, los ingresos petroleros serán menores por la corrección a la baja, al pasar de 49 dólares a 24 dólares por barril, lo que sugiere que se dejarían de percibir poco más de 344 mil millones de pesos (mdp), respecto a lo originalmente previsto, lo que significa una pérdida de ingresos que representa 1.4 por ciento del PIB.
Un menor nivel de ingresos frente a mayores necesidades de recursos para hacer frente a los efectos del Covid-19 se refleja necesariamente en un mayor déficit del sector público, indicó el sector privado.
La estimación oficial apunta a un déficit económico de 806.4 mil mdp, equivalente a 3.3 por ciento del PIB, cuando se había aprobado un déficit de 547.1 mil mdp, 2.1 por ciento del PIB previamente estimdo.
Respecto al balance primario, ahora se espera que sea negativo en 85.5 mmp, 0.4 por ciento del PIB, después de que se aprobara un superávit de 186.2 mmp, que representaba 0.7 por ciento del PIB.
Bajo las circunstancias actuales sería justificable que el gobierno utilizara recursos de sus disponibilidades en la medida de lo prudente, es decir, en la medida de que sean recursos ociosos de la Tesorería que puedan ser excesivos para las necesidades de esta.
“Más allá de dogmatismos, la autoridad debe buscar pragmatismo en las medidas que pondrá en marcha para enfrentar esta crisis sanitaria y sus consecuencias económicas” para asegurar la salud fiscal del país, concluyó el CEESP.empre