El peso cerró la sesión de este jueves con una depreciación de 1.18% o 22.8 centavos, cotizando alrededor de 19.59 pesos por dólar y tocando un máximo de 19.6224 pesos, como consecuencia de un debilitamiento generalizado de las divisas frente al dólar.

Lo anterior se debió a un claro deterioro del panorama para el crecimiento económico global, lo cual genera aversión al riesgo y pérdidas para la mayoría de las divisas, en particular las de economías emergentes.

Cabe recordar que ayer la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) decidió recortar su previsión de crecimiento económico global para 2019 de 3.5% a 3.3%, mientras que la previsión de crecimiento para la Eurozona fue ajustada de 1.8% a 1.0%.

Esta mañana, el Banco Central Europeo (BCE) también decidió ajustar a la baja su previsión de crecimiento para la Eurozona, de 1.7% a 1.1%.

El recorte a las expectativas de crecimiento estuvo acompañado de un comunicado acomodaticio, indicando que no subirán tasas de interés en el año, y reintrodujeron un programa de operaciones de refinanciamiento dirigido a largo plazo (TLTRO, por sus siglas en inglés), el cual consiste en inyecciones de liquidez al sistema financiero por medio de préstamos.

Las menores expectativas de crecimiento y la postura acomodaticia del BCE ocasionaron que el euro y las divisas de otros países en la región observaran fuertes pérdidas.

Dentro de la canasta de principales cruces, las divisas más depreciadas en la sesión fueron el rand sudafricano con una caída de 1.88%; la corona sueca, que perdió 1.73%; la corona noruega, que retrocedió 1.38%; el peso mexicano, que perdió 1.18%; el real brasileño, que perdió 1.16%, y el euro, que se depreció 1.08%.

En contraste, el yen japonés cerró con una apreciación de 0.13%, ante un incremento en la demanda por la divisa como refugio.

En el mercado de dinero también se observó un fuerte incremento en la demanda por activos libres de riesgo.

La tasa de los Bonos del Tesoro a 10 años mostró un retroceso de 5.4 puntos base (pb), ubicándose en 2.64%, acumulando un retroceso de 11.4 pb en la semana.

Por su parte, la tasa del bono alemán a 10 años mostró un retroceso de 6.2 pb, ubicándose en 0.06%, su menor nivel desde octubre de 2016.

La depreciación del peso se debió a un contexto internacional complicado para el crecimiento económico y un incremento de la aversión al riesgo, pero también a factores de riesgo internos que elevan la vulnerabilidad del peso, ante episodios de volatilidad en el mercado cambiario, entre los que se destacan los siguientes:

1) las menores expectativas de crecimiento económico para México, 2) los ajustes de estable a negativa en las perspectiva para la calificación de la deuda por parte de tres calificadoras en los últimos seis meses, 3) la posible aprobación en marzo de una reforma laboral y de una nueva regulación para las comisiones bancarias, y 4) el reto que enfrenta el Gobierno Federal para procurar finanzas públicas sanas en un contexto económico de menor crecimiento.

Estos son factores que generan incertidumbre entre los participantes del mercado y facilitan la especulación en contra del peso mexicano.

Por lo anterior, es probable que el tipo de cambio siga enfrentando presiones al alza, con la posibilidad de que alcance un nivel cercano a 19.65 pesos por dólar.

No se descarta que la confirmación de una desaceleración económica global con la publicación de indicadores de crecimiento en abril, pueda generar nuevos episodios de aversión al riesgo que muevan al tipo de cambio hacia un nivel de 20 pesos por dólar.

En la sesión, el tipo de cambio alcanzó un mínimo de 19.3336 y un máximo de 19.6224 pesos por dólar, mientras que el euro-peso alcanzó un mínimo de 21.7760 y un máximo de 21.9976 pesos por euro en las cotizaciones interbancarias a la venta. Por su parte, el euro tocó un mínimo de 1.1177 y un máximo de 1.1320 dólares por euro.

Gabriela Siller

Directora de Análisis Económico-Financiero.

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