La calificadora Fitch Ratings bajó la calificación de ‘BBB’ desde ‘BBB +’ y modificó la perspectiva a estable desde negativo por el riesgo que pueden vivir las finanzas públicas por el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) y los aranceles que anunció la administración Trump.
“La baja calificación de México refleja una combinación de mayor riesgo para las finanzas públicas del soberano debido al deterioro del perfil crediticio de Pemex, junto con la debilidad actual en la perspectiva macroeconómica, que se ve agravada por las amenazas externas de las tensiones comerciales, cierta incertidumbre de la política interna y las constantes restricciones fiscales”, señaló el documento de la calificadora.
El impacto del pasivo contingente representado por Pemex pesa cada vez más en el perfil de crédito soberano, como lo demuestra la baja calificación de Fitch de Pemex a ‘BBB-‘ desde ‘BBB +’ en Enero de 2019 y el perfil de crédito independiente de este último CCC.
El costo fiscal del apoyo hasta la fecha representa el 0.2 por ciento del PIB al presupuesto en inyecciones de capital y menores impuestos efectivos, pero a juicio de Fitch, no son suficientes para brindar una solución a largo plazo o evitar un deterioro continuo en el perfil crediticio de Pemex.
Las deudas de Pemex en gran medida externas, alcanzaron los 106.7 mil millones de dólares, un 8.7 por ciento del PIB en 2018 y no están incluidas en la métrica de deuda del gobierno general utilizada por Fitch.
Además, la calificadora señaló que el crecimiento continúa por debajo del desempeño, y los riesgos a la baja son magnificados por las amenazas del presidente de los Estados Unidos, Trump, de imponer aranceles en México a partir del 10 de Junio.
El crecimiento de México continúa a la zaga de la economía más desarrollada de los Estados Unidos, a la que está estrechamente vinculada.
“Fitch espera que el crecimiento se acelere a partir del 2T, pero a pesar de esto alcanzará sólo alcanzaría el 1 por ciento en 2019; esto sería consistente con un patrón de crecimiento más lento en el primer año de una nueva administración”.
En opinión de Fitch, cumplir con los objetivos fiscales se volverá más difícil hacia 2020 y podría resultar en una política más estricta que genere un nuevo obstáculo para el crecimiento, advirtió.
El presidente se comprometió a no aumentar los impuestos antes de 2021. En 2020, la regla fiscal exige un mayor endurecimiento del saldo primario del sector público al 1.3 por ciento del PIB.