La fortaleza del tipo de cambio del peso mexicano no será un obstáculo para las exportaciones mexicanas hacia el mercado norteamericano, aseguraron los ejecutivos de finanzas, en un año para las actividades económicas.
El presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Domingo Figueroa Palacios, indicó que el panorama para 2023 luce altamente incierto y complicado de acuerdo con los pronósticos de instituciones internacionales importantes como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), que anticipan una desaceleración de la actividad económica en las economías avanzadas que bien podría convertirse en recesión.
A nivel local se tiene una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.2 por ciento que, si bien es positiva, queda muy por debajo del 2 por ciento que podría considerarse el potencial de crecimiento actual y está sujeto a fuertes riesgos a la baja.
El presidente del Comitpe Nacional de Estudios Económicos, Mario Correa Martínez, sostuvo que el principal motor de la economía mexicana, el comercio exterior o las exportaciones no contemplan una afectación por la fortaleza de la divisa mexicana.
Advirtió que hacia adelante hay que estar atentos a la volatilidad de los mercados financieros internacionales por los ajustes en las tasas de interés que podrían registrarse “correcciones” y generar incertidumbre en las variables financieras con sobresaltos que se reflejan en el mercado cambiario.
Figueroa Palacios comentó que también existen posibilidades de un escenario económico más dinámico por la «relocalización» de eslabones de las cadenas de suministro o «reshoring» de América del Norte, pero requiere cambios radicales en algunas políticas gubernamentales, especialmente la política energética; lo que parece poco probable, enfatizó el presidente del IMEF.
Correa Martínez destacó que México requiere una reforma fiscal integral en la que se adopten criterios de eficiencia financiera, económica y social; rentabilidad y transparencia en el uso de los recursos públicos para atender los rezagos que vive la sociedad mexicana.
Finalmente, el presidente del IMEF reiteró que será fundamental mejorar el clima de negocios con un estado de derecho que permita una inversión privada sin temores en cambios de reglas.