Las economías de América Latina y el Caribe cuentan con la posibilidad de generar un desarrolo incluyente de largo plazo si fortalecen su posición fiscal, después 6 años de estancamiento y uno de escaso crecimiento, puntualizó el Banco Mundial (BM).

En su último informe semestral Ajuste fiscal en América Latina y el Caribe: ¿Costos en el corto plazo, beneficios en el largo?, la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para la región examina el impulso del crecimiento como resultado en gran medida de un entorno externo positivo, que incluye aumentos en los precios de los commodities, crecimiento de Estados Unidos y China, y una alta liquidez internacional. Sin embargo, muchos países presentan una situación fiscal frágil luego de años de un débil crecimiento.

América Latina y el Caribe (ALC) creció 1.1 por ciento en 2017 y se espera que crezca 1.8 por ciento en 2018 y 2.3 por ciento en 2019, de acuerdo con el informe, que al excluir a Venezuela, el crecimiento estimado es de 2.6 en 2018 y 2.8 en 2019.

El regreso a la senda del crecimiento se lidera por las principales economías de Sudamérica: Brasil y Argentina. El pronóstico para Brasil es 2.4 por ciento en 2018 y 2.5 por ciento en 2019. Se espera que Argentina se expanda 2.7 en 2018 y 2.8 por ciento en 2019.

Por su parte, el pronóstico para México es de 2.3 y 2.5 por ciento en 2018 y 2019, respectivamente. Centroamérica se proyecta con un 3.8 por ciento en 2018 y 2019, mientras que la expansión del Caribe se estima en 3.5 en 2018 y de 3.4 por ciento en 2019.

A pesar de estas señales positivas, 31 de los 32 países latinoamericanos y caribeños registraron déficit fiscal en 2017, mientras que la deuda pública de la región es de 57.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

“Los persistentes déficits y altos niveles de endeudamiento pueden poner en riesgo los logros alcanzados en las últimas décadas, como la baja inflación, la reducción de la pobreza y la desigualdad y la generación de crecimiento inclusivo”, sostuvo el Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Végh“A largo plazo, menores déficits fiscales y menores cargas de deuda ayudarían a consolidar estos logros y a impulsar el crecimiento”.

El informe consideró que los ajustes fiscales en los buenos tiempos son importantes para construir espacio fiscal, que permitirá aplicar políticas contracíclicas para estar preparados la próxima vez que las condiciones sean menos favorables y proteger a los más vulnerables.

Además, liberará recursos para manejar los riesgos potenciales que representan los desastres naturales como huracanes o terremotos.

Varios países como Ecuador, Uruguay, México, Colombia, Argentina, El Salvador y Panamá han comenzado ajustes fiscales graduales. Ahora es el momento de apurar el paso de reformas fiscales y estructurales y de fortalecer o implementar reglas fiscales, según sea el caso.

Sin embargo, el informe señala que estos ajustes deben ser graduales y no centrarse en el recorte a la inversión pública o las transferencias sociales, las cuales resultan vitales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. La inversión en infraestructura es particularmente importante. El gasto ineficiente e improductivo debe volverse el foco de las reformas.

El desafío es encontrar el punto justo de cuánto ajuste fiscal se necesita. Un aspecto crucial es reducir la deuda lo cual, junto con reformas fiscales, es necesario para que un país logre el grado de inversión y con ello grandes ahorros en el costo de la deuda externa. De esta manera, se liberan recursos para apoyar la reducción de la pobreza y el crecimiento inclusivo, de acuerdo con el informe.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...