El Fondo Monetario Internacional (FMI) en la actualización de perspectivas económicas señaló que el proteccionismo comercial, la desaceleración económica y las políticas monetarias de varios países afectan un crecimiento económico vigoroso.
Detalló que el crecimiento en China se enfrió debido al endurecimiento de las regulaciones, necesario para frenar la actividad de la banca paralela, así como a una agudización de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
La economía de la zona del euro perdió más impulso de lo previsto, dado que se debilitó la confianza de los consumidores y las empresas y que la producción automotriz alemana se vio afectada por la adopción de nuevas normas sobre emisiones, la inversión disminuyó en Italia a medida que aumentaron los diferenciales soberanos, y la demanda externa se contrajo, sobre todo en las economías emergentes de Asia.
Asimismo, dijo que las tensiones comerciales asestaron golpes cada vez más duros a la confianza de las empresas, y los mercados financieros perdieron optimismo; las condiciones financieras se tensaron en el segundo trimestre de 2018 en los mercados emergentes vulnerables, y más adelante en las economías avanzadas, lo cual repercutió en la demanda mundial.
En 2019, las condiciones se relajaron, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos dio señales de orientarse hacia una política monetaria más acomodaticia y los mercados recuperaron el optimismo en torno a un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China.
A pesar de estos avances las condiciones financieras continúan ligeramente más restrictivas que en el cuarto trimestre.
En vista de esta situación, se proyecta ahora que el crecimiento mundial se desacelere de 3.6 por ciento en 2018 a 3.3 por ciento en 2019, para volver a situarse en 3.6 por ciento en 2020.
En este nuevo escenario el FMI prevé un menor crecimiento económico para México en comparación a 2018 al situarlo para este año en 1.6 por ciento y para el entrante en 1.9 por ciento.