El peso cerró la semana con una depreciación de 1.97 por ciento o 36.5 centavos, cotizó 18.92 pesos por dólar, siendo su mayor retroceso semanal desde Mayo.
La depreciación del peso se concentró en las últimas dos sesiones de la semana y fueron resultado de un efecto contagio, pues se elevó la aversión al riesgo en los mercados financieros globales ante una crisis de confianza en Turquía
Al cierre de la semana la lira turca alcanzó un nuevo máximo histórico de 6.8703 liras por dólar, luego de que Donald Trump anunció que duplicará los aranceles a las importaciones de aluminio y acero provenientes de Turquía, productos que serán gravados a tasas de 20 por ciento y 50 por ciento respectivamente.
En su peor nivel este día, la lira turca acumuló una depreciación frente al dólar de 80.88 por ciento en el año, lo que representa un claro riesgo desde el punto de vista de la deuda gubernamental, pues el 47.8 por ciento de la deuda pública total está denominada en divisas extranjeras, principalmente en dólares.
La aversión al riesgo también se propagó al mercado de capitales de Europa, por la importancia de la banca turca para la banca europea.
El 16 por ciento de los ingresos brutos del banco español BBVA provienen de Turquía, particularmente de la filial turca Garanti, de la cual BBVA posee el 49.9por ciento de los activos. En una situación similar se encuentran el banco francés BNP Paribas y el banco italiano UniCredit.
La banca española es la más expuesta al riesgo crediticio que representa Turquía, ya que de acuerdo con información del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), Turquía debe 83.3 mil millones de dólares a bancos españoles. Le sigue la banca francesa, con una deuda de 35.1 mil millones de dólares y la banca italiana, con una deuda de 18.5 mil millones de dólares.
Aunque la posibilidad de que Turquía pueda caer en una situación de impago entre privados no representa un riesgo para la economía real en el corto plazo, si enciende una alarma en los mercados financieros, principalmente de Europa.
La lira turca cerró la semana con una depreciación de 25.6 por ciento, cotizó en 6.38 liras por dólar.
En la canasta de principales divisas, el rand sudafricano acumuló una caída semanal de 5.35 por ciento, seguido del real brasileño que se depreció 4.11 por ciento y el dólar neozelandés que mostró una depreciación de 2.46 por ciento.
Entre las divisas de economías emergentes, el rublo ruso cayó 6.35 por ciento, mientras que el peso argentino se depreció 6.58 por ciento.
Es importante reiterar, que a pesar de los riesgos externos, en México permanece el optimismo relacionado con el proceso de renegociación del TLCAN, lo cual se vio reflejado en la estabilidad del tipo de cambio en semanas previas y durante los primeros tres días de esta semana.
De acuerdo con las estadísticas del Mercado de Futuros de Chicago, durante la semana comprendida entre el 1 y el 7 de agosto, las posiciones especulativas brutas a favor del peso se incrementaron en 10.87por ciento o 10 mil 591 contratos a 108 mil 066 contratos, avanzaron por cinco semanas consecutivas.
No se descarta que la semana entrante las divisas de economías emergentes puedan seguir enfrentando presiones en contra como consecuencia de la inestabilidad financiera en Turquía y las amenazas para el comercio global provenientes de Estados Unidos.
Sin embargo, para México se espera que por cuarta semana continúen las reuniones de alto nivel del TLCAN. De acuerdo al Secretario de Economía de México se han logrado “muchos avances”, por lo que seguirán trabajando con Estados Unidos.
Durante la semana, la paridad peso-dólar alcanzó un mínimo de 18.4050 y un máximo de 19.0687 pesos por dólar.
El euro-peso alcanzó un mínimo de 21.3456 y un máximo de 21.7720 pesos por euro en las cotizaciones interbancarias a la venta. Por su parte, el euro tocó un mínimo de 1.1388 y un máximo de 1.1628 dólares por euro.
Al cierre, las cotizaciones interbancarias a la venta se ubicaron en 18.9160 pesos por dólar, 1.2770 dólares por libra y en 1.1414 dólares por euro.
Gabriela Siller; PhD
Director de Análisis Económico-Financiero.
Banco BASE