El peso mexicano inicia la semana con una apreciación moderada frente al dólar, con un sesgo favorable en el mercado cambiario por un entorno local sólido y una perspectiva internacional constructiva.
En la jornada de este día, el tipo de cambio peso-dólar abrió cerca de 18.00, ha oscilado entre 17.96 y 18.03, y actualmente se ubica alrededor de 17.99, lo que implica una ganancia cercana a 0.11 por ciento respecto al cierre previo.
El principal catalizador fue la reunión de la Reserva Federal, que envió una señal inequívoca de cambio en sus prioridades.
Jerome Powell anunció un nuevo recorte de 25 puntos básicos, completando tres reducciones consecutivas que suman 0.75 por ciento, y dejó claro que el foco ahora está en proteger el empleo.
Aunque la economía de Estados Unidos continúa creciendo y el consumo se mantiene sólido, la demanda por nuevos trabajadores se ha enfriado, sin que se observe un aumento en los despidos, lo que refuerza la necesidad de una política monetaria más acomodaticia.
En inflación, la Fed adoptó un tono más confiado. Powell señaló que los servicios continúan moderándose y que el repunte en los bienes es transitorio, vinculado principalmente a los aranceles, incluso afirmando que sin ese efecto la inflación estaría cerca del objetivo del 2 por ciento.
A ello se sumó el énfasis en el aumento de la productividad impulsada por la inteligencia artificial, comparable a otros grandes ciclos de innovación que permitieron crecer sin generar presiones inflacionarias persistentes.
El anuncio con mayor impacto fue el retorno explícito de la liquidez. La Reserva Federal retomará compras mensuales de bonos del Tesoro por alrededor de 40 mil millones de dólares, lo que ha presionado a la baja los rendimientos y ha debilitado de forma significativa al dólar.
El índice DXY cayó hasta 98.13, confirmando un giro en el sesgo de la moneda estadounidense a nivel global.
Para el peso mexicano, este contexto externo se combinó con fundamentos locales sólidos, incluyendo un diferencial de tasas aún atractivo, lo que permitió que la moneda capitalizara plenamente la debilidad del dólar.
Con una Fed claramente más dovish, mayor liquidez global y flujos favoreciendo a los mercados emergentes, el peso-dólar mantiene un sesgo bajista, dejando abierta la posibilidad de una extensión de la apreciación del peso mexicano si el entorno internacional se mantiene constructivo.
Por Paula Chaves, analista de mercados financieros de HF Markets




