El peso cerró el primer semestre del año con una apreciación de 2.16 por ciento o 42.5 centavos, cotizó 19.22 pesos por dólar, fue la segunda divisa más apreciada entre los principales cruces del dólar, sólo detrás del dólar canadiense.
En la primera mitad del año, el tipo de cambio tocó un máximo de 19.8799 y un mínimo de 18.7480 pesos por dólar, mostró una volatilidad anualizada de 8.7 por ciento, siendo la menor volatilidad para un periodo igual desde 2014.
Los principales determinantes de la apreciación del peso durante el primer semestre fueron el incremento en la demanda por pesos mexicanos debido a que las tasas de interés en el país son atractivas para capitales extranjeros, sobre todo en un contexto en el que varios de los principales bancos centrales han adoptado un lenguaje más acomodaticio.
En el año hasta el 19 de Junio, la tenencia de valores gubernamentales por residentes del extranjero mostró un incremento de 1.9 por ciento o 189 mil 310 millones de pesos, a pesar de que se han observado varios episodios de incertidumbre con respecto a las políticas de la administración federal y de que al menos una calificadora recortó la calificación crediticia de la deuda soberana de México de BBB+ a BBB.
Las tasas de interés atractivas también han propiciado un posicionamiento a favor del peso en los mercados financieros. Entre el 01 de Enero y el 25 de Junio, las posiciones especulativas netas a favor del peso mexicano en el Mercado de Futuros de Chicago se elevaron de 9 mil 772 contratos a 115 mil 035 contratos, cada uno de 500 mil pesos.
Este incremento permitió que el tipo de cambio cotice con mayor estabilidad, cotizó en un promedio de 19.15 pesos por dólar durante el año.
Banxico mantuvo una postura y un lenguaje restrictivo durante la primera mitad del año, debido a la existencia de riesgos al alza para la inflación en un contexto de marcada incertidumbre.
A pesar de que en el último comunicado la Junta de Gobierno ha adoptado una postura más neutral, ante la evidencia de una desaceleración económica mayor a la prevista, el mercado no ha anticipado un recorte inminente de la tasa de interés, lo que resulta favorable para el peso mexicano.
La Reserva Federal ha adoptado un lenguaje más acomodaticio, elevando la probabilidad de que recorte la tasa de interés en la segunda mitad del año, debido a los riesgos a la baja para la inflación en Estados Unidos.
En el acumulado anual, el índice ponderado del dólar muestra un retroceso de 0.8 por ciento, indicando un debilitamiento generalizado del dólar frente a sus principales cruces.
Los precios del petróleo se movieron al alza, ante una disminución de la oferta petrolera de los países de la OPEP y sus aliados.
A pesar de que los riesgos a la baja para el crecimiento económico global han limitado los incrementos de los precios del petróleo, el WTI acumula una ganancia de 28 por ciento en el año, cotizando cerca de 58 dólares por barril.
En el primer semestre, la divisa más apreciada en la canasta de principales cruces fue el dólar canadiense, que avanzó 4.17 por ciento. También se destacan la corona noruega, que se apreció 1.29por ciento y el real brasileño, que mostró una apreciación de 0.84por ciento.
A pesar de que son varios los factores que han permitido al peso ganar terreno durante los primeros seis meses del año, persisten los riesgos que podrían generar volatilidad durante los próximos meses.
Dos de las tres principales agencias calificadoras mantienen en negativa la perspectiva para la calificación crediticia de México, por lo que un ajuste a la baja de la calificación podría generar volatilidad en el mercado financiero interno.
Donald Trump ha amenazado a México con la imposición de aranceles con el objetivo de avanzar su agenda migratoria con fines electorales, por lo que no se puede descartar un regreso de las presiones del exterior durante los próximos meses.
La economía mexicana se desacelera, durante el primer trimestre la economía se contrajo a una tasa trimestral de 0.2 por ciento, mientras que en el segundo trimestre sólo se ha observado una recuperación de las exportaciones, mientras que se prevé que el consumo, la inversión y el gasto sigan deprimidos, debido a factores internos y externos.
En el primer semestre, el euro-peso alcanzó un mínimo de 21.0745 y un máximo de 22.8177 pesos por euro en las cotizaciones interbancarias a la venta, mientras que el euro tocó un mínimo de 1.1107 y un máximo de 1.1570 dólares por euro.
Gabriela Siller
Directora de Análisis Económico-Financiero.
Banco BASE