El Banco de México (Banxico) adelantó que para el 2020 se espera un mejor desempeño, sin recesión económica, ya que el escenario se encuentra basado en cuestiones analíticas y no de compensaciones.
El gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León Carrillo, en el Informe Trimestral Julio-Septiembre de 2019 dio a conocer el ajuste a la baja del rango de crecimiento para este año al pasar del rango 0.2 a 0.7 al de -0.2 a 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Lo mismo sucedió para el desempeño económico del año entrante al pasar de 1.5 a 2.5 al de 0.8 a 1.8 por ciento y descartó la presencia de recesión durante el año entrante.
“El escenario central que espera el Banco de México es de una recuperación en la actividad económica, no está el escenario de recesión, no es parte del rango central”.
Díaz de León Carrillo sobre la posibilidad de que continuamente se revise a la baja el crecimiento del año entrante como sucedió en el 2019, enfatizó que “la realidad termina por sorprender de una u otra manera, esto sucedió este año, pero eso no debe dar lugar a ningún tipo de sesgo, y dado que el error de pronóstico de un año fue en cierta dirección, ahora hay que compensar o sostener, es un pronóstico insesgado que refleja nuestra mejor visión de lo que puede pasar en el 2020”.
Sobre los riesgos para el crecimiento económico para el año entrante se anotan un menor ejercicio del gasto público, deterioro de las calificaciones crediticias de México y de Pemex, debilidad en la demanda agregada: consumo, inversión, exportaciones, mayor desaceleración económica mundial y del comercio global, volatilidad en los mercados financieros, mayores tensiones comerciales y prolongación de la ratificación del T-MEC.
Los aspectos que podrían beneficiar el desarrollo económico del año entrante que fueron citados por el gobernador de Banxico, fueron la ratificación del T-MEC, una mayor demanda industrial en Estados Unidos, así como mayor consumo, inversión y exportaciones de ese país.
En el desempeño de la inflación prevé un aumento en el primer trimestre del año para colocarse en 3.5 pero en los restantes disminuye a 3.1 en el segundo y tercer trimestre y cerrar el año en 3.0 por ciento.
Díaz de León destacó que las amenazas en contra de la inflación puede ser la volatilidad cambiaria, aumentos en salarios por encima de la productividad, amenazas arancelarias y medidas compensatorias, así como mayor precios a los previstos en los productos agropecuarios y energéticos.