Fitch Ratings ratificó la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) a largo plazo en moneda extranjera de México en ‘BBB +’ y revisó la perspectiva de calificación a negativa de estable.
“La revisión de Perspectivas a Negativa refleja el deterioro del balance de los riesgos que enfrenta el perfil crediticio de México, asociado con el alcance de la incertidumbre y el deterioro de la política en la administración entrante, y los riesgos crecientes de pasivos contingentes para el soberano de Pemex, en un contexto de persistencia económica”, precisó la agencia calificadora.
Agregó que si bien espera que la administración entrante continúe abarcando los aspectos centrales del marco de políticas macro, es decir, la disciplina presupuestaria y la autonomía del Banco de México (Banxico), “los riesgos a la baja relacionados con la postura fiscal de la administración entrante persisten”.
Destacó que además existen riesgos de que el seguimiento de las reformas aprobadas anteriormente, como la energética, pueda detenerse, y que otras propuestas de políticas resulten en una menor inversión y crecimiento de lo que se espera actualmente.
En este contexto enfatizó que “la decisión de cancelar la construcción de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México envía una señal negativa a los inversionistas”, y refirió incluso las propuestas para grandes inversiones de capital por parte de la petrolera estatal Pemex, cuyo balance y solvencia crediticia independiente han estado bajo presión (lo que llevó a Fitch a revisar la Perspectiva de la calificación de la compañía a Negativa).
Por otra parte consideró que la elección en julio de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república, con un fuerte mandato para enfrentar la corrupción, “promete un cambio significativo en las prioridades políticas y un estilo diferente de gobierno”.
Mencionó que el partido Morena de López Obrador, “una coalición de grupos políticos recientemente formada y diversa”, obtuvo la mayoría en ambas cámaras del Congreso, que comenzó a funcionar en septiembre, mejorando su capacidad para impulsar su agenda, en tanto que el presidente electo, López Obrador, asumirá el cargo el 1 de diciembre.
Agregó que se espera que el gobierno entrante presente un presupuesto para 2019 a mediados de diciembre, junto con un plan a mediano plazo, y que ha indicado que se guiará por el marco presupuestario publicado en abril por la administración actual, el cual tiene previsto un requerimiento de endeudamiento del sector público del 2.5% del PIB.
Asimismo refirió que en declaraciones recientes, el equipo de transición dijo que el presupuesto para 2019 apuntaría a un superávit primario del sector público no financiero (NFPS) en 2019 del 0.8% del PIB; que la administración entrante también se ha comprometido a no aumentar los impuestos durante los primeros tres años de la administración, y que La ley de Responsabilidad Fiscal limita el crecimiento del gasto corriente, pero puede modificarse.
Sin embargo advirtió que “algunas promesas contenidas en el manifiesto de Morena y luego discutidas por el equipo de transición, por ejemplo para aumentar las transferencias sociales y las pensiones, pueden ser difíciles de cumplir dentro del marco presupuestario.
“Su costo podría exceder la cantidad de ahorros que se ha propuesto, por ejemplo, restringiendo las transferencias a los estados y recortando programas sociales ineficientes”, enfatizó.
Además alertó que las propuestas de que Pemex invierta en una nueva capacidad de refinación para sustituir las importaciones de gasolina implicarían un mayor endeudamiento y mayores pasivos contingentes para el gobierno, y recordó que la producción de petróleo, dominada por la estatal Pemex, continuó disminuyendo en 2018, rechazando las expectativas de que se estabilizaría.
En este contexto destacó que el equipo de transición ha estado revisando los contratos firmados con compañías petroleras privadas y ha enviado señales contradictorias sobre la reforma energética, lo que permite a las compañías petroleras privadas tener un papel más importante en la industria a cambio de una mayor inversión y producción.
Añadió que la subasta de licitaciones para empresas conjuntas con Pemex se retrasó hasta febrero de 2019, y que esta será una prueba de interés para los inversionistas.
“Fitch cree que existen riesgos a la baja en torno a la posible estabilización en la producción de petróleo en 2019 asumida por las autoridades. Dicha estabilización apoyaría el crecimiento; la caída en la producción de petróleo ha pesado sobre el crecimiento en los últimos años”.
Por otra parte, en su reporte Fitch señala que en 2017, el SPNF alcanzó un déficit inferior al presupuestado del 1.1% del PIB. Este rendimiento superior se basó en parte en un aumento de las ganancias del banco central relacionado con la depreciación del tipo de cambio, pero el objetivo de déficit se seguía cumpliendo incluso cuando se excluían.
“El resultado también refleja un apretón en el capex. La estimación de Fitch del índice de deuda del gobierno general cayó a 41% del PIB. Fitch espera un déficit del gobierno federal del 2.0% del PIB en 2018 y asume que el crecimiento y los pequeños superávit primarios continuados harán que el índice de deuda se mantenga prácticamente estable en 2019 y posteriormente.
“Sin embargo, esta previsión conlleva riesgos debido a la configuración incierta de la política fiscal de la administración entrante y la posible insuficiencia económica si persiste la incertidumbre de la política”.
Asimismo indicó que el acuerdo con Estados Unidos y Canadá sobre un tratado comercial trilateral revisado para reemplazar el TLCAN, un proceso en el que participó el equipo de transición, reduce el riesgo de una interrupción del comercio con el mayor mercado de exportación de México.
Dijo que el USMCA (Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá) moderniza y amplía el alcance del TLCAN, y que las estrictas reglas de origen y el contenido laboral imponen nuevas restricciones a la industria automotriz, pero no deben impedir que el mayor sector exportador continúe aumentando las exportaciones a Estados Unidos.
“Si se ratifica el acuerdo, Fitch también esperaría que el sector automotriz de México esté protegido de lo posible imposición en 2019 de los aranceles por parte de los Estados Unidos por motivos de seguridad nacional, que actualmente se encuentra en estudio. Se espera que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, firme el acuerdo a fines de noviembre”.
También indicó que la economía ha demostrado ser resistente, aunque en los últimos años ha tenido un bajo rendimiento en comparación con la calificación de sus pares.
El crecimiento del PIB real alcanzó el 2.6% en el tercer trimestre de 2018 según estimaciones preliminares, y la tasa de desempleo está cerca de mínimos históricos.
Fitch espera un crecimiento de alrededor del 2% en 2019-2020.
“Un entorno externo más desafiante y la incertidumbre de la política interna significan que el Banco de México (Banxico), que comenzó a elevar las tasas de interés antes que muchos otros bancos centrales de EM cuando la incertidumbre del TLC llevó a la depreciación del peso, mantendrá las tasas de las políticas estables o posiblemente las elevará.
“Banxico ha mantenido estable su tasa de política desde junio en 7.75%. La inflación subyacente ha caído constantemente en 2018 al 3.7% en septiembre, pero la inflación general del 5.0% se ha visto impulsada por los precios del combustible y probablemente se mantendrá por encima del objetivo en 2019”.
Consideró que los desequilibrios externos son moderados, y recordó que un déficit en cuenta corriente del 1.7% del PIB en 2017 fue financiado en su totalidad por la Inversión Extranjera Directa (IED) neta, lo que redujo los riesgos de financiamiento externo.
“Fitch espera que el déficit de la cuenta corriente se mantenga por debajo del 2% del PIB en 2019-2020”.
Destacó que la capacidad de absorción de impactos de México está respaldada por un tipo de cambio flexible, un nivel adecuado de reservas internacionales (173 mil millones de dólares, equivalente a cuatro meses de pagos en cuenta corriente) y el acceso a la Línea de Crédito Flexible (LCF) del Fondo Monetario Internacional (FMI), por alrededor de 88 mil millones de dólares.
Subrayó que “las calificaciones de México están respaldadas por la base económica diversificada del país y un historial de políticas económicas disciplinadas que ha anclado la estabilidad macroeconómica y ha contenido los desequilibrios”.
Sin embargo, también advirtió que “estas fortalezas contrarrestan las restricciones de calificación de México, que incluyen su crecimiento económico moderado; las debilidades estructurales en sus finanzas públicas (una base de ingresos baja en comparación con sus pares); la penetración de crédito superficial, y las debilidades institucionales resaltadas por la alta incidencia de violencia y corrupción relacionada con las drogas”.
Calificación
El Sovereign Rating Model (SRM) propietario de Fitch asigna a México una puntuación equivalente a una calificación de ‘BBB’ en la escala IDR a largo plazo, moneda extranjera (LT FC).
El comité de calificación soberana de Fitch ajustó la producción del SRM para llegar al IDR final de LT FC aplicando su Qualitative Overlay (QO) relativo a sus pares calificados, de la siguiente manera:
– Políticas y desempeño macroeconómico: +1 nivel, para reflejar el historial de México en sucesivas administraciones de Políticas macroeconómicas prudentes, creíbles y consistentes.
Las autoridades continúan enfatizando la estabilidad macroeconómica en sus acciones políticas, que han contenido desequilibrios macroeconómicos.
Recordó que el SRM de Fitch es el modelo de clasificación de regresión múltiple patentado por la agencia que emplea 18 variables basadas en promedios de tres años, incluido un año de previsiones, para producir una puntuación equivalente a un IDR de LT FC.
También detalló que el QO de Fitch es un marco cualitativo orientado al futuro diseñado para permitir el ajuste a la salida del SRM para asignar la calificación final, reflejando factores dentro de los criterios de Fitch que no son completamente cuantificables y/o no se reflejan completamente en el SRM.
Sensibilidad de la calificación
De acurdo con Fitch, los principales factores que, individual o colectivamente, podrían desencadenar una baja de calificación incluyen:
– Un debilitamiento en la consistencia y credibilidad del marco de la política macroeconómica y/o el debilitamiento de las reformas estructurales en el proceso de implementación;
–Un aumento de la tendencia en la carga de la deuda del gobierno, y
–La materialización de pasivos contingentes que socavan el balance del soberano.
Asimismo indic{o que los desarrollos futuros que podrían, individual o colectivamente, resultar en una estabilización de las perspectivas incluyen:
– Resiliencia en las inversiones y las perspectivas de crecimiento y políticas que favorecen el crecimiento a mediano plazo, y
– Adherencia a un marco fiscal prudente, consistente con una carga de deuda pública estable o decreciente.
Supuestos clave
Para Fitch, la economía global se desempeña en línea con sus perspectivas económicas mundiales, por lo que asume que las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos no se ven interrumpidas, luego del acuerdo sobre un pacto comercial trilateral revisado en septiembre de 2018. Finalmente indicó que la lista completa de acciones de calificación es la siguiente:
– A largo plazo, IDR en moneda extranjera confirmado en ‘BBB +’; Perspectiva Revisada a Negativa;
– La IDR de largo plazo en moneda local se confirmó en ‘BBB +’; Perspectiva Revisada a Negativa;
– A corto plazo, IDR en moneda extranjera confirmado en ‘F2’;
– IDR de corto plazo, moneda local confirmada en ‘F2’;
– Techo del país afirmado en ‘A’;
– Las calificaciones emitidas en bonos senior a largo plazo no garantizados en moneda extranjera se afirmaron en ‘BBB +’;
– Las calificaciones de emisión en bonos senior no garantizados a largo plazo en moneda local se afirmaron en ‘BBB +’;
– Las calificaciones de emisión en bonos senior no garantizados a corto plazo en moneda local se afirmaron en ‘F2’.