Triunfo de Santa Lucía, derrota para el sentido común: Citibanamex.

La decisión sobre el aeropuerto es una derrota al sentido común, además de que cancelar el proyecto en Texcoco implica un deterioro significativo del marco macroeconómico y mayor incertidumbre hacia adelante, tal y como lo reflejó el empeoramiento sustantivo de los indicadores macro-financieros después de que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador diera a conocer los resultados de la consulta ciudadana, manifestaron analistas económicos de Citibanamex.

En una nota especial, los economistas Sergio Luna, Ernesto Revilla, Sergio Kurczyn y Adrián de la Garza, destacaron que, aún y cuando los detalles que se tienen acerca de la alternativa de Santa Lucía son muy vagos, prevalece el escepticismo acerca de su viabilidad.

Advirtieron que desde una perspectiva de mediano plazo, quizás lo más relevante es la señal negativa que esta decisión en particular envía a los mercados sobre la manera como se hará política bajo el gobierno de López Obrador.

Al referir los impactos directos de la decisión en favor de Santa Lucía, indicaron que pensaban que el destino del proyecto en marcha (Texcoco), en caso de un resultado en contra durante la consulta, podría llevar a uno de dos cursos obvios de acción posibles: continuar de todas formas con el proyecto, u optar por Santa Lucía.

“Pensamos que el sentido común jugaba en contra de la segunda posibilidad, pero eventualmente, y a nuestro parecer, las consideraciones políticas prevalecieron”, destacaron los especialistas, al reiterar que aunque los detalles son aún muy vagos, se mantienen muy escépticos sobre la viabilidad de la propuesta alternativa de López Obrador.

Refirieron que el presidente electo ofreció que con el proyecto alternativo, la adecuación de la base militar de Santa Lucía estará lista para operar en tres años, con el uso de la capacidad existente en los aeropuertos de la Ciudad de México y de Toluca.

Al recordar que López Obrador mencionó que posee información técnica no hecha pública con anterioridad, que garantiza la viabilidad de la opción Santa Lucía, subrayaron que están al pendiente de conocer dicha información, así como de la opinión de los expertos sobre la misma.

Sin embargo, también enfatizaron que tienen serias dudas de que una solución al sobrecongestionamiento de tráfico aéreo de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) pueda estar lista antes de mediados de la próxima década.

“En particular, pensamos que el Movimiento de Tráfico Aéreo (MTA) alcanzará el límite de 55 millones de pasajeros por año permitido por la infraestructura del aeropuerto actual de la Ciudad de México, mientras que el de Toluca (MTA por abajo del millón de pasajeros por año actualmente) ofrecerá un alivio modesto, pues es poco probable que, para entonces, las dos pistas de aterrizaje propuestas para Santa Lucía hayan obtenido todas las certificaciones requeridas, aún si efectivamente están listas en el tiempo prometido.

“Ello implica una restricción significativa en comparación con el MTA de 60 millones que esperaba procesarse para 2025, vía el proyecto descartado del NAICM”, subrayaron los especialistas.

Costo subestimado

Por otra parte alertaron que en el frente financiero, el costo de cancelar el proyecto actual de Texcoco está subestimado.

Recordaron que López Obrador ratificó que todos los contratos serán honrados: que las penalizaciones serán cubiertas, y que existen los recursos suficientes en el fideicomiso actual, para enfrentar estos desembolsos.

De acuerdo con el presidente electo, el proyecto de Santa Lucía permitiría ahorrar 100 mil millones de pesos (mmp).

Los especialistas señalaron que el costo total del NAICM está estimado en 285 mmp, de los cuales 197 mmp ya se obtuvieron vía los mercados (emisiones de deuda y Fibra E), así como con recursos fiscales.

Añadieron que a la fecha, los desembolsos son de 58 mmp con otros 112 mmp asignados a contratos hoy vigentes.

“El primer monto, junto con aproximadamente 40 mmp correspondientes a los contratos vigentes que ya involucran compras de materiales, representa el costo inmediato de cancelar el proyecto”.

Esto es, el costo hundido de lo que ya se construyó a la fecha más el mínimo necesario para hacer frente a los contratos que ya se han firmado y están operando.

“Sobre estos últimos, AMLO mencionó como opción el que los contratistas trabajen a cambio en el proyecto de Santa Lucía. Obviamente las condiciones de cada contrato se tendrían que revisar, pero asumir que el trabajo de construcción de Santa Lucía pueda empezar de inmediato es difícil, a nuestro parecer”, enfatizaron.

Además de lo anterior, dijeron que se deben considerar las garantías que se activan sobre los bonos emitidos, dado que un pago obligatorio de dichos instrumentos a su valor de emisión se activará, si la concesión a la compañía desarrolladora GACM se cancela.

Además, también se genera un evento de impago (default), si la razón de pago de servicio de deuda cae debajo de un múltiplo de 1.15 (hoy en día dicha razón está en 1.42), lo que limita muy severamente el empleo de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) para propósitos distintos a cubrir la deuda actual (hoy en día ello representa 70% del flujo total de TUA).

“Un acuerdo negociado con acreedores es el resultado más factible, pero nuestros estrategas de deuda piensan que será un largo proceso.

“Por lo tanto, pensamos que a final de cuentas serán necesarios recursos fiscales adicionales, aun para una expansión mucho más modesta del MTA en la ZMVM”, indicaron los especialistas.

Impactos indirectos

Respecto a los impactos indirectos derivados de la resolución que favorece a Santa Lucía, destacaron que “a nivel macro, tal decisión implica un deterioro sobre una situación inicial relativamente sana”.

Detallaron que en el frente de actividad, los riesgos a la baja en su pronóstico de crecimiento del PIB (1.9% en el 2019) se incrementan sustancialmente, aunque también aclararon que todavía tendrían que calibrar las cifras precisas, en la medida que intentan evaluar los siguientes factores:

La caída en inversión fija bruta (IFB) como resultado de la cancelación directa del proyecto del NAICM, desde el 2.6% anual para la primera mitad del 2019, a un 1.6% de crecimiento anual en ausencia de dicho proyecto, y el impacto de señalización sobre flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).

“Ello será particularmente relevante en el primer trimestre de 2019, ya que se trata de un periodo estacionalmente elevado para este tipo de flujos, en virtud de que es cuando las empresas foráneas que ya operan en el país, deciden sobre su reinversión de utilidades.

“Nuestro escenario actual ya asume un monto relativamente bajo de IED en el primer trimestre de 2019, con 7.4 miles de millones de dólares (mmd), contra un promedio en lo que va de la década de 10.9 mmd, pero ahora pensamos que dicha cifra podría incluso ser más baja”, alertaron.

Con relación al ámbito financiero, consideraron que el resultado más probable es un equilibrio nominal más alto.

“La mayor parte de la atención de los participantes en los mercados ha estado en la reacción cambiaria, pues el peso registró una depreciación de 3.62% contra el dólar durante la jornada local del lunes pasado.

“A ello hay que agregar un aumento de 3.25% en el riesgo soberano –medido por el swap de riesgo de impago –o CDS– a 5 años del país–; un descenso de 4.2% en el valor del índice de la Bolsa Mexicana de valores (BMV) –que borra en un solo día 258 mmp, casi el equivalente al valor total del proyecto del NAICM–, y un aumento de 38 puntos base (pb) en el rendimiento de la referencia a 10 años de la curva local.

“El aumento en el rendimiento del bono a 10 años, por ejemplo, aumenta los costos financieros del gobierno federal en 8.1 mmp”, subrayaron.

En este contexto puntualizaron que dado el carácter inesperado de este evento, será importante observar hasta qué grado este deterioro implica una sobrerreacción asociada a un resultado que el mercado no había descontado, o si refleja un deterioro más permanente, “pero sí pensamos que el segundo factor no es despreciable”:

Anotaron que el nivel actual del tipo de cambio peso-dólar, ligeramente arriba del 20, reduce significativamente las probabilidades de materialización de su  pronóstico de 19.20 para el cierre de este año.

“Por ende, sería necesaria una respuesta de política para que dicho escenario se materialice. Por ejemplo, un aumento de 25 pb en la tasa de referencia por Banco de México (Banxico) en su reunión del 15 de noviembre.

“Sin embargo, pensamos que más que una decisión inmediata por tomar, Banxico seguirá de cerca las reacciones de mercado en los días venideros, para determinar el mejor curso de acción ante el dilema entre volatilidad de tasa o de tipo de cambio”.

Al respecto señalaron que si eventualmente Banxico opta por un aumento de tasa en noviembre, la probabilidad de recortes de tasa durante 2019 se reduciría significativamente.

“No obstante lo anterior, quizá más relevante desde una perspectiva de mediano plazo sea que, en nuestra opinión, la visión de “López Obrador como un proceso” es ahora más negativa.

“Habíamos asumido que los miembros más moderados del equipo del presidente electo tendrían una influencia mayor en su proceso de toma de decisiones. Más específicamente, pensamos que una visión del destino del NAICM como un referente para que los inversionistas evaluaran qué esperar de la administración entrante, podría hacer posible encontrar una solución intermedia a lo que ha sido esencialmente una discusión binaria.

“Sin embargo, el resultado de este episodio sugiere un proceso más discrecional de toma de decisiones. No pensamos que la presidencia de Andrés Manuel López Obrador será definida por un solo `evento`; sí pensamos, sin embargo, que lo que la decisión del aeropuerto sugiere es que el “proceso” en marcha implica más incertidumbre macroeconómica”, puntualizaron los especialistas.