El comienzo será la cirugía mayor al presupuesto del 2021, presentado por el Ejecutivo Federal que mantiene los mismos principios rectores que los de este 2020, los programas sociales y las obras de infraestructura insignia de la administración López Obrador.
La economía mexicana requiere una verdadera inyección de capital para invertir en la infraestructura y generación de empleos, tanto a nivel público y privado.
También se requiere recomponer una relación entre el poder público y el poder privado para generar un ambiente de negocios amigable para la inversión, ya que en varias encuestas empresariales señalan que no se encuentra en su mejor momento, es más, el poder público y privado se encuentran distanciados y molestos, la luna de miel de los primeros meses con anuncios y esquemas de trabajo conjuntos quedó atrás.
La directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, señala que una de las primeras cuestiones para reactivar el crecimiento es la conjunción del sector privado y el gobierno para sentarse “del mismo lado” y generar las políticas públicas en beneficios de toda la población y el desarrollo nacional.
La segunda mujer al frente del FMI señaló que estos momentos de crisis que vive el mundo son los que permiten reformar las estructuras de las naciones hacia una economía del siglo XXI con nuevos ejes rectores que son producto de la transformación de la pandemia, tanto a nivel personal, profesional, empresarial y nacional.
La tarea no es nada sencilla para el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien debe cambiar su actitud hacia el sector privado para terminar con la polarización y mostrar talla de jefe de Estado para organizar y armonizar los intereses en beneficio de pobres y no pobres.
El Presidente de la República debe reconocer y ajustar su proyecto económico, ya que la redistribución de la riqueza no genera crecimiento, que debe ser el pilar central, pues entre más recursos se tengan, habrá más que distribuir a los pobres y ricos de manera adecuada, ya que la administración federal tiene como principio la cero tolerancia a la corrupción.
El presidente López Obrador no puede cometer el mismo error de las administraciones anteriores: sólo preocuparse por un sector de la sociedad y atender de manera secundaria al resto de la ciudadanía.
En los siguientes meses se definirá el derrotero para el crecimiento económico del 2021, que tiene como punto fundamental una relación productiva y provechosa entre el poder público y el poder económico, que su separación no signifique un enfrentamiento en perjuicio de la economía y del país.