Los pagos electrónicos biométricos seguros sin contacto son la siguiente generación en las tarjetas plásticas de las instituciones financieras, a la que México podrá acceder por las modificaciones normativas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y atender una problemática que supera los 5 mil millones de pesos (mdp).
En un contexto internacional agobiado por el Covid-19 y sus mutaciones que exige una sociedad con los menores contactos sociales, la tecnología biométrica y la protección de la identidad en en mundo más digital es indispensables.
IDEMIA, especializada identidad aumentada, obtuvo el certificado de seguridad ICCN de EMVCo, para el chip seguro de tarjeta biométrica de próxima generación que se esperan están disponibles en el mercado en la segunda mitad del 2021.
De acuerdo con la modificación hecha a la Circular Única Bancaria por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), las instituciones financieras, en un inicio, tendrán que cotejar las huellas digitales con la base de datos del Instituto Nacional Electoral (INE), cliente de la empresa especializada en identidad aumentada.
La modificación realizada a la Circular Única Bancaria (CUB) tener directa y únicamente de la persona física, misma que debe coincidir al menos en un 98 por ciento con los registros del INE, y en la primera captura considerar seis dedos de la persona física que recibirá los servicios financieros.
IDEMIA hasta el momento trabaja con algunos de los principales bancos en nuestro país, los que no fueron revelados por motivos de confidencialidad.
Mediante el uso de esta tecnología se pretende abatir el robo de identidad que posiciona a México desde el 2013 entre los 10 países con esta problemática al ocupar el octavo casillero y ser la única nación que lo padece en América Latina.
Este delito incrementó en el país en los últimos siete años, va en aumento día con día, en un 67 por ciento de los casos, el robo de identidad se da por la pérdida de documentos, 63 por ciento por el robo de carteras y portafolios, y 53 por ciento por información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
En el primer semestre las quejas por fraudes cibernéticos crecieron 3 por ciento respecto de 2019 y representan cada año una mayor proporción al pasar de 31 al 67 por ciento en 2020. El monto reclamado de los fraudes cibernéticos ascendió a 5 mil 406 mdp, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).