En la segunda mitad de Julio se publicarán indicadores clave sobre el desempeño del segundo trimestre que revelarán si la actividad económica continuó con deterioro para caer en recesión.
El viernes 26 se publicará el IGAE de Mayo, mientras que el miércoles 31 se publicará la estimación oportuna de crecimiento económico del segundo trimestre. Las estadísticas económicas más recientes apuntan a un deterioro de la actividad económica de México.
Los datos de la actividad industrial en México correspondientes a Mayo y publicados el viernes, muestran que los cuatro componentes de las actividades secundarias retrocedieron a tasa mensual, sorprendiendo la construcción que se contrajo a una tasa mensual de 6.2 por ciento, mientras que la manufactura se contrajo (a tasa mensual) por primera vez en el año.
La minería también se contrajo, pero no es novedad, debido a las caídas en la producción petrolera. En conjunto, el indicador de actividad industrial mostró una contracción mensual de 2.1 por ciento, siendo la más profunda desde Enero de 2009, cuando la gran recesión tenía varios meses en curso.
Los indicadores de actividad industrial se mueven paralelos al crecimiento del PIB secundario por lo que, al tener datos para dos de los tres meses correspondientes al segundo trimestre, resulta más fácil (y acertado) pronosticar el crecimiento de ese sector, que representa aproximadamente el 30 por ciento del PIB de México.
Debido a la profundidad de la caída de la actividad industrial, sería necesario que el crecimiento mensual de Junio fuera de 2 por ciento (algo que no se ha visto desde Julio de 2009), para que el crecimiento trimestral del sector fuera 0 por ciento, es decir, es altamente probable que durante el segundo trimestre, el PIB industrial haya caído, llevando a la baja el crecimiento económico.
Banco BASE estima que en el segundo trimestre las actividades secundarias se contrajeron a una tasa trimestral de 0.5 por ciento.
Se puede decir que el crecimiento del PIB del segundo trimestre depende de lo que se reporte en el IGAE, para el sector servicios, en los meses de Mayo y Junio.
Escenario central. Asumiendo que la actividad industrial mostró una contracción trimestral de 0.5 por ciento, pero que el sector servicios se recuperó en los meses de Mayo y Junio, se estima que durante el segundo trimestre la actividad económica se expandió a una tasa trimestral de 0.2 por ciento y una tasa anual de 0.8 por ciento, quedando crecimientos anuales de 0.5 por ciento para el tercer trimestre y 0.8 por ciento en el cuarto trimestre, y una estimación de crecimiento de 0.6 por ciento para 2019.
Sin embargo, la evidencia más reciente apunta a que el sector servicios se debilitó en lugar de recuperarse. El sábado, el IMSS reportó que durante junio se destruyeron 14 mil 244 empleos, siendo la mayor destrucción de empleos para un mes igual desde 2002.
En la primera mitad del año suman 289 mil 301 nuevos empleos, la cifra más baja desde el primer semestre de 2009, cuando se perdieron 306 mil 942 empleos.
Escenario pesimista. Tomando en cuenta que el 60 por ciento del empleo formal pertenece al sector servicios, se estima que el crecimiento del sector pudo ser cercano a una tasa mensual de 0 por ciento durante Mayo y Junio.
El escenario pesimista del segundo trimestre contempla que la economía probablemente se contrajo a una tasa trimestral de 0.4 por ciento y que creció a una tasa anual de 0.1 por ciento, quedando crecimientos anuales de -0.1 por ciento en el tercer trimestre y 0.2 por ciento en el cuarto trimestre, y una estimación de crecimiento de 0.1 por ciento para 2019.
Debido a que la destrucción de empleo es un buen antecedente de una contracción de la actividad económica, es más probable que las estadísticas que se publiquen a finales de mes se inclinen hacia el escenario pesimista, es decir, que se confirme una recesión con una segunda caída consecutiva del PIB trimestral.
Banco Base señaló considera que la fuente de la desaceleración económica es principalmente interna. Los determinantes clave han sido la caída de la inversión por pérdida de confianza y el subejercicio del gasto público.
El consumo sólo se ha desacelerado, pero la confianza del consumidor comienza a alejarse de los máximos vistos hace unos meses y debido a que se han empezado a destruir empleos, existe un elevado riesgo de caídas en el consumo.
A diferencia de 2009-2010, cuando la economía se recuperó de la recesión, en esta ocasión sigue habiendo riesgos del exterior que seguramente se prolongarán más allá de 2019-2020, lo que representa una amenaza adicional para el crecimiento de México.
Debido a que la actividad económica muestra una inercia, al recortarse la previsión de crecimiento para este año, se recorta también la del siguiente año, a una tasa de 1.4 por ciento bajo el escenario central y 1.2 por ciento bajo el escenario pesimista.
Para el 2021 es probable que Estados Unidos presente una recesión, debido al ciclo económico y a señales como la curva invertida de la tasa de interés. Si Estados Unidos llegara a tener una recesión en la primera mitad del 2021, es muy probable que México también muestre una recesión.
Asimismo, la caída de la inversión se traduce en un menor crecimiento potencial para México para los siguientes años.
Gabriela Siller
Directora de Análisis Económico-Financiero
Banco BASE