El optimismo económico del gobierno federal de un crecimiento de 2 a 3 por ciento en este año está lejano de lograrse a pesar del nearshoring y mayor consumo, afirmó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
En la videoconferencia trimestral del Indicador IMEF, el presidente del IMEF, José Domingo Figueroa Palacios, señaló que preocupa la estimación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del 3 por ciento porque en caso de no lograrse implica un recorte a los gastos o un endeudamiento adicional del gobierno federal.
“Ojalá se den las condiciones para poder llegar a esa expectativa, sin embargo, desde nuestra expectativa lo consideramos difícil”.
José Domingo Figueroa Palacios, presidente IMEF
La vicepresidente del comité Indicador IMEF, Jessica Roldán Peña, especificó que el inicio de año fue muy bueno, y es posible que en las siguientes semanas se presenten actualizaciones al alza de las previsiones de crecimiento en 2023.
“Que lleguen al 3 por ciento nos parece que están demasiado alejados con estas buenas noticias de inicio de año”.
Jessica Roldán Peña, vicepresidente comité indicador IMEF
Ambos integrantes del IMEF señalaron que las actividades económicas presentan un comportamiento diferenciado, las manufacturas desde finales del año pasado presentan una desaceleración que pasa contracción y la parte de no manufacturas (servicios y comercio) muestra un desempeño más acelerado durante Marzo.
El presidente de los ejecutivos de finanzas apuntó que la recesión en Estados Unidos se estima que se pueda presentar hacia finales de este año o principios del 2024.
Roldán Peña enfatizó que de presentarse esta situación “se quitará una palanca de crecimiento a México este año”.
Los especialistas indicaron que las manufacturas estarán oscilando en un rango de desaceleración a contracción, lo que dependerá en gran medida de la economía estadounidense, ya que un 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se envían al mercado norteamericano.
Finalmente, Figueroa Palacios advirtió que este año podría presentarse una ruptura en la sincronización de la economía de México y la estadounidense que en momentos ha sido hasta del 85 por ciento.
