Las diferencias salariales promedio entre México y sus socios comerciales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no disminuyeron, se acrecentaron a lo largo del acuerdo por los incrementos en Estados Unidos y Canadá que superaron los 10 mil dólares, reveló un documento del Senado de la República.
La investigación de la Dirección General de Investigaciones Estratégicas del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, precisó que «hasta el año 2016, el salario anual promedio en México era de 15 mil 311 dólares, mientras que en Canadá era de 48 mil 403 y en Estados Unidos de 60 mil 154 dólares».
De acuerdo con el estudio titulado “Actualización de acuerdos comerciales (TLCAN y TPP11) y asimetrías salariales en América del Norte”, los temas laborales han sido de los más sensibles en las rondas de negociación, dadas las importantes asimetrías salariales y en las condiciones de trabajo que existen entre México y sus socios comerciales.
La investigación reveló que desde el inicio del TLCAN, la brecha salarial entre México y sus dos socios comerciales se amplió.
El nivel de los salarios reales promedio anual en México a lo largo de los 24 años pasó de 15 mil 536 dólares en 1993 a 15 mil 311 en 2016, lo que supone una tasa de crecimiento media anual (TCMA) negativa de 0.1 por ciento.
«Por el contrario, el ritmo de crecimiento de los salarios reales de Estados Unidos y de Canadá registró tasas del 1.3 y 1.4 por ciento, respectivamente; con aumentos de más de 13 mil dólares en el caso de Canadá y de más de 15 mil dólares en Estados Unidos».
Mientras que en 1993 el salario anual promedio de Estados Unidos casi triplicaba al de México, en 2016 fue casi cuatro veces mayor, apunta el estudio.
El análisis del IBD considera que la rápida y acrítica apertura comercial propició un largo descuido del mercado interno y el abandono de las políticas industriales, bajo el supuesto de que el libre comercio elevaría la actividad económica y el empleo, y propiciaría la convergencia de los niveles de ingreso, lo cual no sucedió, afirmó el documento.
La negociación del TLCAN en el rubro laboral ha sido delicada por la posición de los sindicatos estadounidenses, que han exigido que México cumpla con su propia legislación y, en consecuencia, mejore el salario mínimo general y profesional e inicie un proceso gradual de recuperación en el resto de los salarios.
Adicionalmente, señala el estudio del IBD, los equipos negociadores de Canadá y Estados Unidos han apelado a que México tenga salarios competitivos para que las empresas no desvíen sus inversiones a Asia.
México se ha mostrado evasivo y ambiguo en la defensa de los derechos laborales y de la recuperación de los salarios, pues la Secretaría de Economía solo ha aceptado renegociar asuntos relacionados con los derechos de los trabajadores, más no elementos relacionados con los salarios, precisó el documento.
Dicha posición contrasta con los acuerdos suscritos en el TPP, en los que se establece el compromiso de adoptar normas y prácticas laborales que estén alineadas con los estándares internacionales en temas como el salario mínimo y las horas de trabajo, enfatizó la investigación del IBD.
La investigación considera que el aprovechamiento de los bajos salarios como ventaja competitiva no favorece a la renovación del modelo de desarrollo nacional, la competitividad de las empresas y la situación de los trabajadores.
Finalmente, de cara a la renegociación de los temas laborales, el IBD propone diseñar una estrategia competitiva que contemple mejores condiciones salariales, recupere la participación de los trabajadores y tome en cuenta la diversificación de los mercados.