Las perspectivas sobre la actividad económica en México para 2019 se revisaron a la baja, de un crecimiento esperado de entre 1.7 y 2.7% a uno de entre 1.1 y 2.1%, informó el Gobernador del Banco de México (Banxico), Alejandro Díaz de León.
En conferencia de prensa donde presentó el Informe Trimestral del Banxico Octubre-Diciembre 2018, precisó que el ajuste para 2019 refleja diversas consideraciones.
“En el ámbito externo, se ha observado una pérdida de dinamismo en el comercio mundial y en la actividad económica global más marcada de lo anticipado, lo que se prevé influya sobre la evolución de la demanda externa de México.
“En el ámbito interno, en el segundo semestre de 2018 y, sobre todo, a finales de ese año, se observó una desaceleración más pronunciada a la estimada en el Informe anterior. Esto condujo a un menor nivel del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de 2018, lo que a su vez genera una menor base para el crecimiento de 2019”, subrayó.
Dijo que la mayor debilidad de diversos indicadores de la demanda interna a finales de 2018 sugiere que la desaceleración podría prolongarse a inicios de 2019.
“A esto se adiciona la expectativa de que la actividad productiva a principios de año se haya visto afectada por eventos transitorios, tales como el desabasto temporal de combustibles en ciertas regiones del país durante enero; las interrupciones a las vías férreas en Michoacán, y los conflictos laborales en Matamoros”, indicó.
Asimismo manifestó que tomando en cuenta la tendencia negativa que la plataforma de producción petrolera mantuvo hacia el cierre de 2018 y principios de 2019, se revisa a la baja su trayectoria esperada para el horizonte de pronóstico.
“Finalmente, se continúa esperando que persista la debilidad de la inversión, toda vez que las primas de riesgo se mantienen en niveles relativamente elevados, si bien han mostrado cierta reversión recientemente”, agregó.
También destacó que al inicio de una nueva Administración generalmente se presenta un rezago del gasto público, lo que puede afectar al crecimiento.
“Adicionalmente, hay diferentes elementos de política pública cuyos efectos sobre la economía son inciertos.
“Lo anterior podría contribuir a un menor dinamismo de la actividad económica a principios del año en curso, por lo que de esta forma persiste considerable incertidumbre alrededor de estas perspectivas, y se considera que la economía mexicana continuará enfrentando un entorno complejo en el que prevalecen diversos factores de riesgo externos e internos en el horizonte de pronóstico”, advirtió.
El Gobernador del Banco Central enfatizó que para que México logre alcanzar un crecimiento más dinámico y sostenido que incremente el bienestar de la población, es necesario que se mantenga un marco macroeconómico sólido y que se corrijan los problemas estructurales e institucionales que han impedido alcanzar una mayor productividad y que desincentivan la inversión en el país.
“Así, se requiere continuar con un fortalecimiento estructural de las finanzas públicas que garantice su solvencia de largo plazo y que permita incrementar el gasto en inversión pública. Para incentivar la inversión privada, nacional y extranjera, es necesario revisar el diseño institucional de incentivos, de modo que se privilegie la creación de valor, se impulse la adopción de tecnologías de punta, se mantenga la apertura comercial y de flujos de inversión y se fomente la competencia económica”.
En particular, dijo, el marco institucional debe permitir que los precios reflejen adecuadamente las condiciones de mercado de forma que los recursos puedan asignarse a sus usos más productivos.
“Ello incrementará la productividad, al tiempo que permitirá a los consumidores adquirir bienes a un menor precio. Adicionalmente, como se ha mencionado en Informes anteriores, deben adoptarse políticas que combatan la inseguridad, la corrupción y la impunidad, y que garanticen la certeza jurídica y el respeto a la propiedad privada.
“El reducir los costos económicos que ocasionan la inseguridad y la corrupción, además de promover una mayor actividad económica, permitiría dar lugar a menores precios al consumidor en diversos bienes y servicios. Una agenda clara sobre las medidas que pudieran implementarse para avanzar en estas direcciones dará una mayor confianza y certidumbre para hacer de México un destino más atractivo para la inversión. Al mejorar la eficiencia con la que opera la economía y fomentar el estado de derecho, el país estará en condiciones de hacer frente a los diversos retos que surjan y de proveer una mayor calidad de vida para su población”, enfatizó.
Por su parte, el Informe Trimestral señaló que, con respecto a la posición cíclica de la economía, se anticipa que las condiciones de holgura muestren un mayor grado de relajamiento a lo largo del horizonte de pronóstico que el esperado en el Informe previo.
Agregó que de acuerdo con los analistas encuestados por Blue Chip en Febrero de 2019, se prevé que la producción industrial en Estados Unidos (EU) aumente en 2.8 y 1.7% en 2019 y 2020, respectivamente.
Estas cifras se comparan con las expectativas reportadas en el Informe anterior de 2.7 y 1.8%, en el mismo orden.
En particular, con la información disponible al momento de la publicación del Informe anterior se tenía un crecimiento del PIB de 0.83% a tasa trimestral ajustada por estacionalidad para el tercer trimestre de 2018 y se estimaba un avance de 0.55% para el cuarto.
En contraste, con la información publicada el 25 de Febrero por parte del INEGI, el crecimiento del PIB para el tercer trimestre de 2018 se revisó a 0.61%, al tiempo que se reportó un crecimiento de 0.25% para el cuarto.
Empleo
En congruencia con la modificación a las perspectivas de crecimiento, para 2019 Banxico revisó la expectativa del aumento en el número de puestos de trabajo registrados en el IMSS de un intervalo de entre 670 y 770 mil en el Informe anterior, a uno de entre 620 y 720 mil.
Para 2020, el intervalo se ajusta de uno de entre 690 y 790 mil en el Informe previo, a uno de entre 650 y 750 mil.
Cuenta Corriente
Para 2019 se anticipan déficits en la balanza comercial y en la cuenta corriente de 11.8 y 25.2 miles de millones de dólares, respectivamente (de 0.9 y 2.0% del PIB, en el mismo orden), cifras que se comparan con las previsiones en el Informe previo de 14.1 y 28.8 miles de millones dólares, respectivamente (de 1.1 y 2.3% del PIB, en el mismo orden).
Para 2020, se prevén déficits en la balanza comercial y en la cuenta corriente de 14.0 y 28.0 miles de millones de dólares, respectivamente (de 1.0 y 2.0% del PIB, en el mismo orden), previsiones menores a las reportadas en el Informe anterior de 15.1 y 31.5 miles de millones de dólares, respectivamente (de 1.1 y 2.3% del PIB, en el mismo orden).
Balance de riesgos para el crecimiento
El Informe enfatiza que a pesar de las revisiones a las perspectivas de crecimiento, los factores de riesgo que persisten dan lugar a que el balance de riesgos para la actividad económica del país continúe sesgado a la baja.
Entre los riesgos a la baja en el horizonte de pronóstico destacan que permanezca o se deteriore el actual ambiente de incertidumbre que ha venido afectando a la inversión, y que ello ocasione que diversas empresas pospongan o no lleven a cabo sus planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto de manera precautoria.
También destaca que el proceso de ratificación e implementación del acuerdo comercial alcanzado con EU y Canadá se retrase y genere mayor incertidumbre, afectando a la inversión.
“Si bien se han observado avances en diversas negociaciones comerciales, permanece la posibilidad de un escalamiento de las tensiones comerciales o de que se adopten mayores medidas proteccionistas a nivel mundial que afecten al crecimiento, la inversión y el comercio a nivel global, así como a los mercados financieros internacionales, en detrimento de la actividad económica en México”, indicó.
Además mencionó como otro riesgo que se observen episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, derivados, entre otros factores, de mayores tensiones comerciales a nivel global, de aumentos imprevistos en las tasas de referencia de los principales bancos centrales o de un ajuste desordenado de sus hojas de balance; de un menor apetito por riesgo, así como de un posible contagio proveniente de otras economías emergentes o de acontecimientos geopolíticos que pudieran reducir las fuentes de financiamiento.
Otros factores de riesgo son que se observe una desaceleración de la economía y el comercio globales mayor a la esperada; que se observe un deterioro en la calificación crediticia del país o en las Empresas Productivas del Estado (EPE) y, en particular, que se observen revisiones generalizadas a la baja por parte de las agencias calificadoras a la calificación de la deuda de Petróleos Mexicanos (PEMEX), que compliquen la situación financiera de la empresa.
Asimismo, que el efecto sobre la actividad económica de eventos tales como el desabasto de combustible, los bloqueos a las vías férreas en Michoacán o los conflictos laborales en Tamaulipas sea mayor y más persistente que lo previsto o que se presenten nuevos episodios de esta índole.
Riesgos a la alza
Entre los riesgos al alza para el crecimiento en el horizonte de pronóstico sobresalen los siguientes:
Que los anuncios referentes al acuerdo alcanzado con EU y Canadá en materia comercial den lugar a una notoria reactivación de la inversión.
Que un dinamismo de la producción industrial en EU mayor al anticipado favorezca el desempeño de las exportaciones manufactureras de México, y
Que se observe un dinamismo de la demanda agregada mayor al previsto, derivado de un aumento en el gasto de los consumidores o de que algunos sectores productivos enfrenten mejores condiciones para aumentar sus inversiones.
Previsiones para la Inflación
El documento destaca que considerando la postura de política monetaria y el horizonte en el que ésta opera, así como la información disponible de los determinantes de la inflación, incluyendo el entorno económico actual y la fase del ciclo económico, los pronósticos para la inflación general anual son similares a los dados a conocer a finales de Noviembre en el Informe anterior, y continúan anticipando que esta alcance niveles alrededor de la meta del Banxico durante el primer semestre de 2020.
“La revisión más patente ocurre para el primer trimestre de 2019, como reflejo de una trayectoria más favorable a la prevista en los precios de los productos agropecuarios en enero y la primera quincena de Febrero”.
En relación a la inflación subyacente, indicó que también se espera que ésta presente una trayectoria cercana a la del Informe previo, toda vez que, a pesar de condiciones de holgura menos estrechas en el horizonte de pronóstico, un comportamiento más favorable del tipo de cambio y presiones a la baja de los estímulos fiscales en la frontera norte, las previsiones reflejan la resistencia a disminuir que ha exhibido este subíndice y los retos adicionales asociados a los efectos de la importante revisión al salario mínimo.
“Así, se anticipa que la inflación subyacente se ubique en niveles alrededor de 3% desde el primer semestre de 2020. Este pronóstico no considera que se presenten eventos que pudieran afectar la base para la formación de precios en la economía.
“No obstante, cabe señalar que el entorno actual presenta riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectarla. Los pronósticos anteriores se encuentran sujetos a riesgos en el horizonte en el que opera la política monetaria, entre los que destacan los siguientes:
Al alza: Que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos; que se observen nuevas presiones sobre los precios de los energéticos o de los productos agropecuarios; que se presente un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global; que se deterioren las finanzas públicas.
Asimismo, considerando la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con afectaciones en el empleo formal y en los precios.
Añadió que la persistencia que ha mostrado la inflación subyacente podría dar lugar a una mayor resistencia de las expectativas de inflación de largo plazo a disminuir.
En cuanto a los riesgos a la baja señaló que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente, y que las condiciones de holgura se amplíen más de lo previsto.
“Tomando en cuenta todo lo anterior, se considera que el balance de riesgos respecto a la trayectoria esperada para la inflación mantiene un sesgo al alza, en un entorno de marcada incertidumbre”.
También enfatizó que la política monetaria debe responder con prudencia si por diversas razones se eleva considerablemente la incertidumbre que enfrenta la economía.
Dijo que ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3%, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta.