La administración López Obrador 2018-2024 ya quiere hacer maravillas para impulsar la cuarta transformación, la que se lograría en gran medida con la disminución de la corrupción en todos los aspectos de la vida económica y política de México sin exasperantes pérdidas económicas.
Por lo pronto, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pone a consideración pública el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que se construye en Texcoco, Estado de México, que tendría un costo de 100 mil a 120 mil millones de pesos (mdp) su cancelación.
En este aspecto se debería de mantener el mismo principio que en la reforma energética: la revisión de los contratos para detectar aquellos que presenten inconsistencias, y así limpiar los posibles hechos de corrupción que incrementan la magna obra de la administración Peña Nieto.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que asesora los mecanismos de la obra pública de Texcoco menciona que debe tener mayor transparencia y rendición de cuentas.
Si la administración siguiente sólo se limita a la lucha contra la corrupción se tendrá un gran avance para la vida económica del país, lo que además redundaría en la confianza de los mexicanos, al no despertar enojos por gastos innecesarios para realizar las consultas al pueblo y por el desperdicio de los dineros que se han destinado a la obra.
Con la lucha en contra de la corrupción y una austeridad gubernamental se tendría la aprobación de los mexicanos, que inmediatamente notarían la diferencia en comparación con las administraciones anteriores, quienes han quedado a deber en este sentido.