La política industrial que se anunció para este sexenio debe retomar un diálogo amplio con todos los sectores para lograr acciones específicas que incidan directamente en las pequeñas y medianas empresas (pymes).
El pasado 03 de Octubre, la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, anunció el regreso de la directrices para un desarrollo y destacó que “enhorabuena a todos por el retorno de una política industrial activa, consensuada entre la iniciativa privada, el sector público y la academia”.
Esta nueva etapa en la vida productiva industrial incluye un decálogo para promover una mayor competencia económica; aprovechar la apertura comercial para fortalecer los encadenamientos productivos que aumenten el contenido nacional y amplíen las capacidades productivas del país; impulsar la mejora regulatoria en los tres niveles de gobierno; generar un entorno de negocios amigable para la atracción de inversión nacional y extranjera.
También pretende alentar el crecimiento de las pymes y el contenido nacional para la producción de bienes y servicios que demanda el gobierno; fomentar la digitalización del sector manufacturero e impulsar la industria 4.0; modernizar los procesos de normalización e impulsar la infraestructura de la calidad; propiciar la economía de la salud como un elemento esencial para aumentar la productividad y competitividad de mediano y largo plazos; aumentar el financiamiento de la banca de desarrollo a proyectos industriales con una mayor coordinación entre la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Economía y otras dependencias del gobierno federal e incentivar los proyectos industriales en las regiones más rezagadas del país.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos Férez, señaló que “parece ser que se tomado algunas acciones que pudieran tener buenos resultados, pero otras que son el continuismo, y mientras no se articule de manera clara programas, políticas púbicas y leyes, con asignación de presupuesto vamos a tener resultados inciertos”.
Destacó el líder de los industriales de la transformación que se ¡necesitan un paquete de apoyos a mipymes en materia fiscal, innovación, capacitación, encadenamiento productivo, lo que tiene ser más formal a lo que se tiene en el programa, es la parte que falta dialogar con lo que representamos a este sector para articular algo que tenga viabilidad, y no sólo verlo con las empresas tractoras”.
Castellanos Férez dijo que entiende al nuevo gobierno, “quiere meter sus propios programas, lo único que buscamos nosotros es que vayan directamente a atender las bases del problema y falta de crecimiento, al atender las brechas entre las grandes y mipymes. Hay que dinamizar al mercado interno con un gran consenso, no sólo con ideas preconcebidas que ya han fracasado”.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), Juan Manuel López Campos, dijo que “lo importante es que ya exista una política industrial definida, que se tiene que legislar para impulsar las metas de crecimiento, lo que es importante en la antesala de la ratificación del T-MEC”.
El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) que tiene en la dirección general a José Luis de la Cruz Gallegos, señaló que la propuesta de política industrial de la Secretaría de Economía (SE) “todo se centra en más apertura comercial y en regular la economía, falta realizar una revisión de la orientación de la política industrial que se aplica en otras naciones”.
Además, no hace referencia a la competencia desleal de países que utilizan dicho mecanismo para desplazar a las empresas mexicanas y entrar tanto al mercado doméstico como al de América del Norte.
El IDIC puntualizó que falta en el decálogo de política industrial la construcción, minería, generación y transmisión de energía, gas y agua.
“El paradigma del decálogo presentado se mantiene en la década de los años ochenta y noventa del siglo XX, cuando la apertura económica, la creencia del dogma del libre mercado y la obsesión por acotar el papel del Estado Desarrollador guiaban la formulación de las estrategias”, concluyó el IDIC.