La calificadora S&P Global Ratings recortó la calificación de crédito soberano en moneda extranjera a largo plazo de México por la ejecución desigual o ineficaz de la política, el debilitamiento de las finanzas públicas o mayores pasivos contingentes fuera del presupuesto.
La calificadora degradó a ‘BBB’ desde ‘BBB +’ y su calificación de crédito soberano en moneda local a largo plazo a ‘BBB +’ desde ‘A-‘.
Este cambio genera una perspectiva negativa que abre la posibilidad de una rebaja en los próximos 12 a 24 meses por la presión sobre las cuentas fiscales de México frente a los shocks económicos y de precios del petróleo ha sido un desafío para los encargados de formular políticas en múltiples administraciones.
Las presiones de ingresos petroleros evidencian la estrecha base impositiva no petrolera, a pesar de algunos aumentos en los últimos cinco años, así como ahorros limitados acumulados en sus fondos de estabilización petrolera durante la era de los altos precios de los productos básicos, que disminuyeron en 2019.
“Suponemos que el gobierno tomará medidas para contener nuestra ampliación prevista del déficit fiscal y el aumento de la carga de la deuda soberana como resultado de la recesión económica, causada por los recientes conmociones externas. Sin embargo, un desempeño fiscal pobre prolongado y una carga de deuda creciente resultante, o el riesgo de una implementación de política potencialmente débil, podrían llevarnos a bajar la calificación”, advirtió S&P.
Además, los posibles aumentos en los pasivos contingentes del sector energético podrían empeorar la carga de la deuda soberana y conducir a otra recorte en la calificación.
El perfil financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) se ha debilitado significativamente en los últimos cinco años, y se ha vuelto más vulnerable en medio de la caída de los precios del petróleo.
Al mismo tiempo, el cambio en la política energética bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador aumenta la dependencia de PEMEX para la producción e inversión de petróleo en México.
Si el perfil fiscal del gobierno general sigue débil durante un período prolongado, a pesar de cierta estabilización en la producción, el pobre desempeño operativo y financiero de Pemex y las limitaciones de capacidad técnica podrían representar un pasivo contingente más importante para la solvencia soberana.
Por el contrario, una gestión económica efectiva que aumente la confianza de los inversores, aliente la inversión privada y mantenga déficits fiscales moderados podría revertir la debilidad estructural en las perspectivas de crecimiento del PIB, ayudaría a estabilizar las finanzas públicas y mantener la flexibilidad fiscal, destacó la calificadora.
Este escenario de mayor confianza con uno de reforma fiscal para ampliar la base impositiva no petrolera, podría evitar una erosión del perfil financiero del soberano. “Podríamos revisar la perspectiva a estable en los próximos dos años en ese escenario”, anticipó la S&P.
La firma indicó que las calificaciones de México reflejan fortalezas y debilidades en su democracia, que ha traído estabilidad política y cambios regulares de gobierno en las últimas dos décadas.
Sin embargo, no ha creado dinamismo económico en comparación con otros mercados emergentes ni ha mejorado la seguridad pública.
El rendimiento de crecimiento moderado refleja, en parte, la incapacidad de la Administración López Obrador para mejorar la confianza del sector privado y la dinámica de inversión.
“Los pronunciados choques COVID-19 y el precio del petróleo, en nuestra opinión, exacerban el crecimiento ya modesto de México. El recorte refleja nuestras expectativas revisadas de que el crecimiento real del PIB per cápita se mantendrá por debajo del de sus pares con un nivel similar de desarrollo económico”, enfatizó la agencia calificadora.
En materia de crecimiento S&P sus proyecciones de crecimiento revisadas incluyen una disminución en el PIB real de aproximadamente 2.0 -2.5% en 2020, seguido por un crecimiento de un poco más del 2% en 2021 y 1.8% en 2022-2023.
“Pronosticamos un segundo año de contracción económica en 2020, así como solo una recuperación moderada después”, concluyó la firma S&P.