A poco más de un mes (28 Octubre) para que se realice la consulta popular sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que se construye en Texcoco, es un hecho que marcará las acciones de gobierno de López Obrador.
Hasta el momento los ingenieros y pilotos se han manifestado por la actual construcción, han rechazado la opción del presidente electo, López Obrador por las inconveniencias técnicas y financieras que tiene la opción del nuevo gobierno.
El futuro gobierno reconoce las presiones económicas que causará la cancelación del NAIM en Texcoco, las que se reflejarían en el Presupuesto 2019 al tener que pagar penalizaciones hasta por 120 mil millones de pesos (mdp).
Además, la opción de Santa Lucía no la han argumentado de una manera técnica y financiera, así como las conveniencias de cancelar una obra a la que se han destinado unos 100 mil millones de pesos (mdp).
Si la opción de Santa Lucía, después de la consulta, resulta la electa por la consulta popular, seguramente tendrá implicaciones para el desarrollo del país, ya que los inversionistas no verán con agrado este cambio radical en una obra en proceso, lo que complicará la acción para el jefe de la oficina de la Presidencia de López Obrador, Alfonso Romo, que ha enfatizado que será fundamental para la siguiente administración la colaboración de la iniciativa privada.
A la que también se suma la propuesta de la futura secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que también ha destacado en varios foros empresariales que se trabajará por un estado de derecho efectivo, lo que se contradice con los hechos de cancelar el NAIM.
Santa Lucía derribaría la confianza de la iniciativa privada e internacional sobre la inversión en México en los diferentes proyectos que se tengan, porque se tienen argumentos técnicos que aseguran que es una obra más cara en un 66 por ciento,es decir, 20 mil 008 mdd, cifra que supera los 13 mil mdd del NAIM.
Antes de tomar posesión el 01 de Diciembre el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se puede pensar que llegará con votos de confianza o cautela del sector privado por la decisión del Aeropuerto, que en caso de ser Santa Lucía, mandaría a volar la confianza de la iniciativa privada en la siguiente administración.