El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien se considera heterodoxo a la forma de la tradicional política en México refleja su personalidad en el estilo de gobernar a la hora de combatir la corrupción y tomar las decisiones que darán rumbo a la estrategia económica de México.

Su objetivo central: el combate a la corrupción de manera excesiva recurre a lo que aconteció en los gobiernos anteriores, en los que la élite política política y económica se beneficiaron de las decisiones de gobierno en detrimento de la salud del país, y, principalmente, en el bienestar social de los más desprotegidos.

Ahora que el país s encuentran en la antesala de la peor crisis económica en la vida reciente del país, se mantiene en lo planteado de manera intransigente. Momentos de esta naturaleza requieren firmeza y ajustes al plan original.

Hasta el momento sigue con la premisa de primero los pobres, por el bien del país, cuando el país se integra más de pobres, pero también de ricos, quienes en su mayoría no manifiestan de manera abierta y tajante como el Primer Mandatario, su descontento por su personal estilo de gobernar y de dirigir y opinar de la política económica, así como de la riqueza que se generó en el país.

Así como existen casos ofensivos de riqueza exagerada por abuso de poder, también hay casos de mexicanos que salieron adelante con una posición económica a la fecha holgada, que se ven afectados por la lucha en contra de la corrupción sin bisturí, pues el cáncer se arranca de tajo, pero de manera cuidadosa. Hasta ahora el tacto para llevar a cabo su proyecto de cuarta transformación: México sin corrupción sigue ausente.

Una tarea de esa envergadura requiere de una gran astucia, delicadeza y firmeza como lo demuestra el caso de Singapur, en el que su primer ministro, Lee Kuan Yew declaró la guerra a la corrupción de manera tajante.

Exigió a sus ministros una cumplimiento irrestricto de la ley. “Si de verdad queremos derrotar la corrupción, hay que estar listos para enviar a la cárcel, si fuese necesario, a nuestra propia familia”, su famosa frase de Yew.

Además, se redactaron leyes sencillas para terminar con las amañadas compras gubernamentales y una rotación de empleados públicos para evitar generar intereses propios y no nacionales.

Singapur es el país con menos trabas administrativas y burocráticas a la hora de hacer contrataciones con proveedores privados de acuerdo con el Banco Mundial que lo posiciona en el segundo lugar, detrás de Nueva Zelandia y a México en el lugar 60 de 109 naciones.

El presidente López Obrador y la clase empresarial en verdad debe poner a México primero, sin demagogia de ambas partes para poder subir a tasas de crecimiento y bienestar a las que se han tenido y tienen a la fecha.

Por Miguel Ramirez

Nacido en la CDMX, egresado de la FCP y S de la UNAM. Inicie en 1992 en periodismo tecnológico y después migré a la parte económica y financiera. Aficionado a la NFL y vaquero de corazón. Otros deportes son el Basquet (Knicks), Tenis; fut de Champions League...